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El importe que cobra una persona cuando llega a retirarse del mundo laboral activo depende del salario que haya venido percibiendo en los últimos años. La provincia de Lleida cuenta con unos sueldos de 21.565 euros anuales, por debajo tanto de la media catalana (25.514 euros) como española (22.781). La consecuencia es que los mayores de la demarcación también tienen unos ingresos bajos al dejar el empleo activo. De hecho, de los 90.264 leridanos que tienen pensiones contributivas, solo 3.616 están cobrando en estos momentos la prestación máxima, es decir, el cuatro por ciento. Estamos hablando de que cobran 3.175,04 euros mensuales o 44.450,56 euros anuales (siempre brutos). Paralelamente, 51.377 tienen una “nómina” mensual que no llega ni al salario mínimo interprofesional (SMI), según los datos de la Seguridad Social a fecha de 1 de abril. Son ingresos que no llegan a 15.876 euros anuales distribuidos en 14 pagas de 1.134 euros. Dentro de este colectivo hay un número importante de personas que tienen una prestación tan baja que cobran el llamado complemento de mínimos, para alcanzar al menos la prestación mínima prevista en estos momentos por el sistema. A la hora de analizar el mapa por sexos, se comprueba una vez más la brecha existente. Así, el promedio de sueldo de las leridanas es de 19.917 euros anuales. Ellos, por su parte, ingresan de media 22.932. Esta situación explica que solo 1.233 leridanas cobren pensiones máximas. El hecho de que Lleida tenga un alto porcentaje de personas dedicadas al sector primario y autónomos, con poca industria y muchos servicios, es la razón fundamental de estas pensiones por debajo de la media catalana pero también es verdad que técnicos y ejecutivos cobran menos aquí que en otras demarcaciones catalanas y españolas. Por tanto, por mucho que el precio de la vivienda sea más barato que en las grandes ciudades, si Lleida quiere retener talento y elevar su potencial económico y social debe hacer un esfuerzo también para mejorar el poder adquisitivo de sus trabajadores. Y esto pasa fundamentalmente por mantener la base agrícola y ganadera y aumentar el tejido industrial y de innovación. 

Elecciones europeas

Anoche arrancó la campaña electoral de las Europeas del 9-J, que llegan en un momento de bajo liderazgo del viejo continente, con muchos conflictos internacionales y de migración sobre la mesa, con un avance peligroso de la ultraderecha y con niveles de abstencionismo muy altos, pese a que las decisiones de la Unión Europea marcan sin ningún tipo de duda, y cada día más, nuestras vidas cotidianas y nuestra economía en todos los sectores

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