Trump y la degradación de la política
Donald Trump hizo historia, muy a su pesar, la noche del jueves al convertirse en el primer presidente de los Estados Unidos condenado por delitos penales. Los doce miembros de un jurado le declararon culpable de 34 cargos por la falsificación de registros comerciales para intentar ocultar el pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre las relaciones que tuvo con ella. Esta sentencia llega a falta de cinco meses para las elecciones presidenciales, en las que Trump volverá a ser el candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, que ya ocupó entre 2016 y 2020. Como era de esperar, el magnate reaccionó manteniendo su tono desafiante, afirmando que ha sido un juicio “amañado” dirigido por un juez “corrupto” y que el “verdadero veredicto va a ser el del 5 de noviembre por parte del pueblo”, en referencia al día en que se celebran los comicios. Está por ver qué pena le impone el magistrado, que puede ser de hasta 4 años de cárcel, pero también de libertad condicional o un castigo menor. Lo hará público el 11 de julio, cuando faltarán cuatro días para la convención en que los republicanos ratificarán a Trump como su candidato, y podría serlo aunque estuviera en prisión. El expresidente aún tiene que afrontar otros tres juicios penales: por el intento de subvertir los resultados electorales de las presidenciales en Georgia en 2020, por su relación con el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores el 6 de enero de 2021 y por la sustracción de documentos clasificados de la Casa Blanca. Ningún caso llegará a juicio antes del 5 de noviembre y, además, tampoco podrían comportar su inhabilitación. Y a este panorama judicial hay que añadir otros puntos negros en su trayectoria, entre ellos, la denigración de las mujeres. Hay pocas dudas de que, hace quince o veinte años, un candidato a presidente de EEUU que tuviera este historial sería un cadáver político. La paradoja es que tiene serias posibilidades de ganar, como ya hizo en 2016. Sus seguidores comparten sus consignas e, igual que le apoyaron en 2020 cuando aseguraba sin ninguna prueba que había perdido las elecciones porque estaban amañadas, ahora respaldan sus diatribas contra el proceso en el que ha sido condenado. Más allá de la influencia de los mensajes que se transmiten en las redes, la aparición de populistas de manual como Trump se explica por la incertidumbre y el miedo que hay en parte de la sociedad acerca de su futuro. Aunque los niveles de paro no son altos, tras la crisis de 2008 son muchas las personas que han visto bajar su nivel de vida y que no llegan a final de mes a pesar de que trabajan y, ante la incapacidad de la política tradicional de solventar sus problemas, dan su voto a los que prometen soluciones inmediatas, sin valorar si son viables o si pueden comportar consecuencias peores como demuestra la historia de numerosos países.