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No ha sido fácil pero quizá por eso aún es más importante el hito que consiguió ayer el Força Lleida, que vuelve a la élite del baloncesto estatal por la puerta grande y diecinueve años después. La aplastante victoria en la Final Four ante el Estudiantes (70-85), uno de los clásicos, significó el colofón a una temporada trepidante que empezó con un optimismo más que contenido. Y es que el equipo que dirige Gerard Encuentra arrancaba el curso ganando al Gipuzkoa, pero encadenaría tres derrotas consecutivas ante San Pablo Burgos (precisamente su rival del sábado), Tizona y Cantabria. Después cogió aire contra el Melilla pero sufriría más derrotas ante Coruña y Valladolid y tras las ocho primeras jornadas sumaba solo 3 triunfos y 5 derrotas y las sensaciones no eran las mejores. Pero a partir de aquí, el equipo empezó a cuajar porque en la jornada 12 el balance ya se equilibraba con seis victorias y seis derrotas y abría de este modo una racha que dejaba constancia de la recuperación del ADN de temporadas pasadas. A medida que los resultados sonreían, la cifra de aficionados seguía creciendo de forma paulatina e imparable, hasta convertir el Barris Nord en un auténtico fortín. Esta comunión entre jugadores, equipo técnico, club y afición es la que ha dado alas al Força Lleida capitaneado por un Gerard Encuentra impecable que suma su tercera temporada en el club donde ha colocado al equipo en tres play offs consecutivos y en dos finales fours en esta etapa. Y esto no era fácil después de perder por el camino a algunas de las figuras de la cancha y no estar en absoluto en la zona alta de la tabla en cuanto a presupuesto se refiere. En este sentido también es necesario resaltar el papel del presidente, Albert Aliaga, y su junta directiva. “Vamos a por todas”, decía hace unos días en declaraciones a SEGRE. El Força Lleida, que cuenta con un convenio de vinculación con el Barça, ha triplicado su presupuesto en cuatro años, pero antes de buscar el salto a la máxima categoría, Aliaga obtuvo el compromiso de las instituciones para afrontar las obligaciones económicas que conlleva el hecho de codearse con Barça, Real Madrid, Baskonia, Joventut y resto de equipos que hacen de la ACB la Liga más competitiva del mundo después de la NBA. ¿Y qué decir de la afición? ¡Cómo se merece este ascenso! Como ya hemos dicho, el Barris Nord se ha convertido en una plaza muy complicada de asaltar para los rivales y una fiesta en cada partido porque los seguidores, siempre incondicionales, han sido el jugador número 6 en pista. En definitiva, todos nos debemos alegrar por este éxito colectivo que devolverá a la ciudad a la élite del baloncesto, un aliciente más para atraer visitantes y dar a conocer los muchos atractivos de los que disfrutamos. Por todo ello aprovechemos esta oportunidad colectiva. ¡Gracias, Força Lleida!

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