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Si alguien pensaba que el inicio de julio era sinónimo de vacaciones en el mundo judicial, nada más lejos de la realidad. Porque ayer se sucedieron diferentes noticias en este ámbito a cuál más increíble. Por un lado, el juez instructor Joaquín Aguirre se atribuyó la crisis en la tramitación de la ley de Amnistía, según se desprende de unos audios difundidos por Diario Red. Se le escucha diciendo que su interlocutoria de imputación de Carles Puigdemont y Artur Mas por traición en la supuesta trama rusa del procés sería “la tumba” del Gobierno de Sánchez, a quien le quedaban “dos telediarios alemanes”, palabras que suponen una preocupante injerencia en la vida política. Paralelamente, el magistrado del Supremo Pablo Llarena rechazó perdonar el delito de malversación que atribuye al expresident Puigdemont y a dos exconsellers y acordó mantener vigentes las órdenes nacionales de detención contra ellos. Además, la Sala de lo Penal del TS tampoco aplica la amnistía a los otros condenados a penas de inhabilitación por el procés, entre ellos, al exvicepresident Oriol Junqueras, ya que considera que el delito de malversación de caudales públicos no se puede perdonar en este procedimiento. También se inmiscuye en el ámbito legislativo afeando la “condescendiente” suavidad del legislador al redactar una ley de Amnistía al procés que pretende “dispensar un tratamiento excepcional y personalizado a unos delitos de especial gravedad, por el simple hecho de haber sido cometidos por unos concretos responsables políticos”. Son dos intervenciones judiciales que harían saltar todas las alarmas en cualquier Estado de derecho.La mala jugada de MacronMal, pero que muy mal, le ha salido la jugada al presidente francés Emmanuel Macron de convocar elecciones legislativas por los malos resultados en las europeas. Y es que, en la primera ronda del domingo, la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen consiguió una victoria contundente e inédita en la primera vuelta, con el 33,15% de votos. La coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo el 27,99% y se constituye así en la segunda gran fuerza política, por delante de la mayoría saliente del presidente Macron, que es la gran perdedora con el 20,04%. Así las cosas y de cara a la segunda ronda del domingo, los dos grandes bloques están reorganizándose para alcanzar amplias mayorías. El objetivo de la izquierda es claro: evitar que sus contrincantes, a los que todos los sondeos dan como ganadores, logren la mayoría absoluta. Todo apunta a que volverá la “cohabitación” y faltará saber si Macron, con este panorama, podrá mantenerse en el cargo hasta las presidenciales de 2027

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