Hacia la normalidad política
“La normalización en Catalunya es un hecho y es imparable.” No lo decimos nosotros, lo dice el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Lo cierto es que el retorno del exilio de la secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira; el también diputado de ERC Ruben Wagensberg; el activista y dirigente de Òmnium Oleguer Serra, el periodista Jesús Rodríguez y el empresario y activista Josep Campmajó marcó ayer un punto de inflexión. “Estamos aquí para rehacer la unidad y acabar lo que dejamos a medias”, sentenció Rovira. El independentismo volvió a exhibir músculo. La simbólica entrada de los exiliados en Suiza en Cantallops, una población de apenas 300 habitantes del Alt Empordà, estuvo llena de simbolismo. El ya expresidente de ERC, Oriol Junqueras; el conseller Joan Ignasi Elena, el dirigente de Junts Jordi Turull, la exdiputada de la CUP Anna Gabriel, el diputado de Comuns David Cid y los presidentes de Òmnium Cultural y la ANC, Xavier Antich y Lluís Llach, entre otros, recibieron a los activistas y hubo foto unitaria pese a los desencuentros de los últimos años. Pocas horas después, ya en Barcelona, el exsecretario de organización de ERC, Xavier Vendrell, ponía el dedo en la llaga: “Se han acabado los insultos a compañeros que tenemos los mismos objetivos. Aquí no hay botiflers y no hay traidores; si no perdemos de vista esto podremos avanzar.” No había más que darse una vuelta por X para constatar que será complicado que se vuelva a un escenario unitario como el que hizo posible el referéndum del 1-O. Y, además, había un gran ausente, Carles Puigdemont. El 130 president de la Generalitat dio la bienvenida a los exiliados, pero recordó desde sus redes sociales que aunque se acabara “la gran farsa judicial” del caso Tsunami “estamos lejos de tener las condiciones que nos permitan hacer política con la normalidad a la que tenemos derecho no solo personalmente sino, sobre todo, como pueblo”. Y esta política normalizada también pasa por constituir un Govern de la Generalitat. Y ahí, de nuevo, disparidad de opiniones. De momento, Rovira toma las riendas de ERC después de la debacle electoral y a nadie se le escapa que ella tendrá la llave para bendecir la investidura del socialista Salvador Illa con la reedición de un tripartito de izquierdas o apostar por la vía soberanista.Els MangranersEl barrio de Magraners pasará a denominarse Els Mangraners, el topónimo popular que, además, cuenta con el aval del Institut d’Estudis Catalans. A menudo la hipercorrección esconde complejos de inferioridad de la variante nordoccidental, así que bienvenida sea esta dosis de autoestima