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El candidato del Partido Republicano a la presidencia de EEUU, Donald Trump, resultó herido leve el sábado al ser objeto de un atentado mientras se estaba dirigiendo a sus seguidores durante un mitin en la localidad de Butler, en el estado de Pensilvania. El que fuera presidente del país entre 2016 y 2020 fue alcanzado en la parte superior de su oreja derecha por uno de los disparos que hizo un tirador apostado en lo alto del tejado de un edificio situado a más de 120 metros de distancia y que provocaron la muerte de una de las personas que asistía al acto y heridas graves a al menos otra. El autor del intento de magnicidio, un joven de 20 años, fue abatido por los miembros del servicio secreto, que también evacuaron al candidato. El atentado fue condenado de inmediato por el actual presidente y rival de Trump, Joe Biden, por los principales dirigentes demócratas y republicanos y por numerosos mandatarios de todo el mundo. Como señalaron la mayoría de ellos,  en la política no debe haber lugar para la violencia. Tienen toda la razón y hay que insistir en ello, especialmente ahora que las posiciones cada vez están más polarizadas tanto a nivel internacional como en un buen número de países. La irrupción de líderes populistas, de los que el magnate republicano es uno de los principales ejemplos, ha venido acompañada de una dialéctica de buenos y malos en la que no hay adversarios, sino enemigos, a la que incluso han sucumbido los dirigentes de los partidos que no se encuentran en los extremos del arco político. En democracia, todos los atentados como este son injustificables, por mucho que el propio Trump alentara en enero de 2021 el asalto violento al Capitolio por parte de sus partidarios en base a un supuesto fraude electoral que denunciaba sin ninguna prueba. Ahora bien, hay que hacer un llamamiento a los líderes políticos a que dejen de lado los discursos basados en la demonización del contrincante y, a la vez, hay que hacer pedagogía entre los ciudadanos para que sean conscientes de que no hay soluciones fáciles ni mágicas para problemas complejos.Contra la violencia machistaY hablando de pedagogía, sería bueno que los partidos políticos –al menos la mayoría de ellos– escenificaran en Catalunya y España que todos están de acuerdo en poner los medios necesarios para intentar acabar de una vez con la lacra de la violencia machista, después de que otras dos mujeres hayan sido asesinadas por sus parejas en Salou y Sabadell entre la tarde del sábado y la madrugada de ayer, menos de un día después de que sucediera lo mismo en la localidad valenciana de Buñol. Y todo ello mientras también siguen al alza las agresiones sexuales contra mujeres

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