SEGRE

Creado:

Actualizado:

Daba igual si se pretendía subir a un avión o marcar el 061. Un fallo de la empresa de seguridad informática CrowdStrike provocó ayer el caos global y causó incidencias en grandes empresas e infraestructuras de todo el mundo. Aeropuertos como los de El Prat y el resto de la red Aena –el de Alguaire no se vio afectado–, el de Berlín o el de Edimburgo no pudieron operar con normalidad, aerolíneas internacionales como Ryanair, KLM, Vueling o Turkish Airlines tuvieron que cancelar vuelos y hacer tarjetas de embarque manuales con papel y bolígrafo e incluso algunos canales de la BBC, como Sky News, dejaron de emitir durante horas. Día de pantallas azules que informaban de la incidencia. En Catalunya el 061 se tuvo que restringir a urgencias y a miles de kilómetros, en Alaska, el sistema de emergencias falló. En las antípodas cerraron supermercados australianos y cayó el pago por Bizum. En París, estuvieron en vilo porque también hubo incidencias en el sistema informático de los Juegos Olímpicos. No fue un ciberataque, sino un simple error humano de consecuencias planetarias que puso de manifiesto que unas pocas empresas tecnológicas dominan el mundo, literalmente. La interconexión de sistemas informáticos nos deja expuestos y desprotegidos como usuarios, pero también como ciudadanos, puesto que ningún gobierno puede prescindir de la tecnología. Ante esta situación, el portavoz parlamentario de IU y diputado de Sumar, Enrique Santiago, reclamó al Gobierno medidas para reducir la dependencia en sectores estratégicos de softwares privados de multinacionales extranjeras. Santiago abre un melón que más tarde o más temprano obligará a abordar cuestiones complejas sobre soberanía e independencia tecnológica. El apagón digital de ayer pudo resolverse con relativa facilidad, ya que no era un ataque malicioso y bastaba con eliminar el archivo que contenía la última actualización del software de forma manual. Eso sí, había que hacerlo ordenador por ordenador. Si la pandemia puso en evidencia que un virus microscópico puede paralizar el mundo, ayer constatamos, una vez más, cómo dependemos de la tecnología para todo. Puerta a puerta, paso a pasoEl ayuntamiento de Lleida deberá esperar para suprimir la recogida selectiva de residuos puerta a puerta en los barrios de Pardinyes y Balàfia. Así lo ha determinado el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic, que después de un recurso de Comuns ha suspendido la medida cautelarmente “sin perjuicio de la valoración sobre el fondo del asunto que pueda efectuar este Tribunal y sin que la adopción de esta medida comprometa el sentido final de la resolución” del caso

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking