El lleno turístico del Pirineo

Las campañas de verano de los dos últimos años en el Pirineo de Lleida se saldaron con un índice de visitantes excelente, con récord en el 2022 de casi 600.000 turistas y un millón y medio de pernoctaciones, una cifra histórica que, a tenor de las cifras barajadas hasta la fecha, pueden repetirse este 2024. Este volumen de personas que pasaron unos días en las comarcas leridanas, sobre todo en las de montaña y muchas de las cuales nos conocieron y apreciaron gracias a la pandemia que imposibilitaba destinos más lejanos, ha comportado que la oferta, tanto de aventura como de hoteles, casas rurales, campings o bungalows, haya visto desestacionalizar las estancias, en otro tiempo no muy lejano concentrado en invierno y los complejos de esquí. Esta fidelización a los establecimientos y parajes del Pirineo comporta un impacto económico positivo muy importante para estas comarcas de Lleida, que han de saber mantener el interés por estos territorios sin perder la esencia de los espacios naturales. Es vital, además, complementar el turismo con una actividad agroganadera e industrial que no cree una dependencia exclusiva de este sector. La montaña necesita mantener la actividad de ocio todo el año, porque es la base que ha frenado su despoblación y ha acarreado progreso y riqueza, pero el crecimiento nunca ha de comportar un estrés urbanístico, ni presión a los lugareños y tanto el sector como las administraciones han de velar para que este incremento de visitantes sea sostenible. Paula LeitónPaula Leitón, jugadora catalana de 24 años de la selección española de waterpolo y campeona olímpica en París 2024, recibió todo tipo de insultos sobre su físico en redes sociales. Improperios como: “¿Alguien sabe si flota o se hunde?”, “veo a alguna que es deportista olímpica y flota en el agua como una boya en alta mar” o “tenemos una gorda en waterpolo, supongo que es la portera”. La deportista dio una respuesta modélica a tanta ignominia y aseguró que sabe cómo es su cuerpo, que lo quiere muchísimo y que lo trabaja para lo que es su vida: el waterpolo. Paula, además de dar una lección de autoestima y educación a quienes en lugar de alabar su gesta deportiva, la juzgan por su físico, se convierte en un ejemplo para todas aquellas personas que se alejan del modelo estándar que impone la moda o los cánones sociales. También nos evidencia lo sucedido, que la lucha por la igualdad tiene todavía un largo camino por recorrer, ya que es evidente que el físico de las féminas es escrutado con mayor severidad que el de los hombres. Bravo, pues, por Paula, por su decidida y firme defensa de su cuerpo, que merece una medalla de oro también como persona.