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“Los bares, qué lugares tan gratos para conversar” era una frase que formaba parte de la letra de una canción del grupo Gabinete Caligari que estuvo de moda a finales de la década de los 80. Y lo cierto es que estos establecimientos siempre han servido para facilitar las relaciones sociales y en los pueblos ejercen la función de centro neurálgico de la vida local. El problema es que la progresiva despoblación de las zonas rurales ha comportado que en numerosas localidades estos negocios hayan dejado de ser rentables y sus titulares hayan tenido que bajar la persiana. Una pérdida que se suma a otras como las de escuelas, tiendas de comestibles y oficinas bancarias. Como dábamos cuenta en nuestra edición de ayer, en Lleida ya hay una treintena de municipios –el número de pueblos es mucho mayor– que carecen de bar, lo que tiene un impacto negativo sobre la vida social. Esto no lo dice la patronal de la hostelería, sino un informe elaborado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, que entre otras cosas indica que los bares son “espacios de encuentro y relación vecinal, favorecedores de las relaciones sociales y de vida comunitaria”. Por eso muchos ayuntamientos hacen esfuerzos para mantenerlos o reabrirlos, como el de Aspa, que lo pudo recuperar en 2011 gracias a una subvención y ahora licita cada cuatro años su gestión. No obstante, por mucho empeño que pongan en ello, la solución no pasa por iniciativas locales, sino por una actuación concertada de todas las administraciones y del sector privado para abordar de una vez medidas efectivas para revertir el despoblamiento rural. Hace muchos años que en Catalunya se habla del necesario reequilibrio territorial y en el Estado, de la España vaciada, pero no ha habido avances significativos para cambiar esta realidad, más bien lo contrario. Las restricciones impuestas durante los primeros meses de la pandemia de la Covid propiciaron un auge del teletrabajo en zonas rurales que al final no se ha consolidado, salvo en casos muy puntuales.Kamala Harris frente a TrumpLa vicepresidenta Kamala Harris fue proclamada ayer candidata del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En su discurso, prometió ser “la presidenta de todos” y aceptó la candidatura “en nombre del pueblo, en nombre de todos los estadounidenses, independientemente de su raza, género o del idioma que hable su abuelo”. Mientras, su rival republicano, Donald Trump, denunció que EEUU está sufriendo una “invasión” y que la mayoría de los 20 millones de personas que han entrado por su frontera sur “proceden de cárceles, instituciones mentales y manicomios”. Desde la distancia, sorprende que un populista de manual como Trump tenga opciones de victoria.

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