Cuidar a alguien no es un trabajo de mujeres
El avance hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad occidental ha dado pasos de gigante en las últimas décadas. Sin embargo, todavía quedan sectores donde la mentalidad tradicional continúa resistiendo a este progreso. Un ejemplo muy claro es el de que casi nueve de cada 10 cuidadores no profesionales de personas dependientes en Lleida son mujeres, tal como informábamos ayer. Son datos del Imserso correspondientes al pasado 31 de julio, que corroboran lo que indica un estudio, con el título La perspectiva de las personas cuidadoras desde un análisis de género, de que las mujeres asumen una mayor carga porque “el rol de cuidadora es impuesto a partir de la socialización que marca desigualdades, tanto en las atribuciones que hace la familia como en la autopercepción y expectativas sobre los comportamientos sociales para ambos géneros”. Es una situación que afecta a más ámbitos aparte de la atención a las personas dependientes. De esta manera, son las mujeres las que continúan asumiendo el peso del cuidado de los niños. Son ellas las que adaptan mayoritariamente su jornada laboral, a costa de sacrificar su carrera profesional o incluso llegando a renunciar a ella, para permitir la conciliación de la escuela con la vida familiar. Una vez comience el nuevo curso, esta realidad se podrá constatar fácilmente yendo a la salida de los colegios para ver quién se encarga de recoger a los niños. Y lo mismo sucede con las tareas domésticas. Así pues, hay que seguir trabajando para romper estos clichés, y esto no puede lograrse solo a través de la normativa, sino que es necesario perseverar en una educación igualitaria en la escuela y también fuera de ella, en casa y en la vida cotidiana, por parte de todas las personas que creen en la plena igualdad. Conseguir romper de una vez determinados roles que la mentalidad tradicional impone serviría para acabar con la feminización o masculinización de algunos trabajos y seguro que ayudaría a combatir la violencia machista.
Quejas por zonas inundables
La revisión de zonas inundables efectuada por la Confederación Hidrográfica del Ebro provoca las quejas de los ayuntamientos de Lleida y Balaguer, ya que hace unos meses este organismo les comunicó que reduciría notablemente el área de afectación y ahora recupera la situación anterior. Entre otros proyectos, en la capital del Segrià esto bloquea el del instituto de Cappont y en la de la Noguera, el del albergue del Molí de l’Esquerrà. Siempre hay que optar por la prudencia, pero desde el desconocimiento cuesta de entender por qué no puede edificarse un instituto al lado de un colegio existente y cerca de cientos de pisos construidos en los últimos años