Planificación de energías renovables
Catalunya continúa siendo la autonomía que menos producción de electricidad con energías renovables genera de todo el estado. Las fuentes renovables tan solo aportaron un pírrico 15,7% del total de la que se generó en 2023. Una cifra muy deficiente, que nos sitúa con el porcentaje más bajo de electricidad renovable de todo el sistema eléctrico peninsular. Así lo revelan los datos del informe del Observatorio de Energías Renovables de Foro Sella, elaborado por el instituto de investigación social Opina 360 del Grupo Redondo. Según explicaban en un comunicado, las fuentes renovables apenas generaron un total de 6.012 GWh de potencia en Catalunya en 2023, un 2,2% más que el año anterior. Una subida testimonial que contrasta con el crecimiento del 15,1% que se registró en el conjunto de España. Por sectores, la producción eólica creció un 25,3% en el conjunto de las cuatro provincias catalanas y se situó como su primera fuente verde, aportando el 51% del total de la electricidad renovable generada. Esta subida de la eólica, sin embargo, contrasta con la drástica caída en un 17,7% de la energía hidráulica que, debido a la sequía, descendió a su nivel más bajo de, al menos, las últimas tres décadas. Al margen del testimonial ascenso en generación desde energías limpias, las no renovables redujeron su producción en Catalunya un 9,7%. De manera que el conjunto de la generación eléctrica bajó un 8,1% con respecto al año anterior. Desde el punto de vista de la potencia, la instalación de renovables continuó estancada ya que, en 2023, solo se implantaron 17 Mw –nueve en fotovoltaica y ocho en eólica–, sólo un 0,5% más que en 2022. Por lo que hace referencia a Lleida en particular, solo hace falta leer nuestro periódico cada día para comprobar los 283 millones de euros paralizados en energías verdes en Urbanismo y el aval en cuentagotas que reciben los que estaban en lista de espera. Es evidente que debe existir un reequilibrio territorial y que no es de recibo sembrar el mundo rural, que es el que menos consume, de molinos o placas solares y mucho menos en detrimento de las explotaciones agroganaderas, cuyos datos menguantes también son escalofriantes con una pérdida de 2.760 en cinco años. La solución es complicada porque si no queremos tener que volver a recurrir a las centrales nucleares, como ha hecho Francia, es imprescindible aumentar la producción verde a un ritmo mucho mayor del que llevamos en la actualidad. Sería bueno que el nuevo gobierno redactara un plan territorial de renovables, con parámetros claros de objetivos e instrumentos para lograrlos y hacer partícipes a los municipios de sus pros y contras. La inacción nunca conlleva nada positivo y no podemos dejar pasar el tiempo sin más a la espera de milagros que no llegarán, mientras cada día consumimos más electricidad. Hay que pasar a la acción de inmediato.