Profesores hartos y desanimados
Que al menos uno de cada tres profesores de Catalunya esté sopesando o haya pensado dejar la enseñanza es una mala noticia. Es evidente que los alumnos y su desarrollo personal e intelectual copan los análisis, debates y retos del mundo educativo, porque de su formación y valores intelectuales, sociales y emocionales depende nuestro futuro, pero no podemos olvidar que para tener alumnos empáticos, preparados y equilibrados son necesarios docentes que sepan inculcarles estos intereses personales y colectivos. Y hoy por hoy y, según el informe hecho público ayer por el sindicato USTEC, la radiografía de los docentes no es positiva. Exceso de burocracia, cambios continuos de planes educativos, estrés y sueldos bajos son algunos de los argumentos más comunes esgrimidos por el colectivo, pero el Defensor del Profesor no hace mucho difundía unos ejemplos escalofriantes de los diversos acosos que también padecen los maestros y profesores. Un ejemplo es una fotografía subida de tono de un profesor que estuvo circulando por grupos de WhatsApp y redes sociales durante varios días hasta que llegó a empapelar las paredes del instituto donde el protagonista daba clase. Nunca se supo quién fue responsable de colgarla, pero gran parte del alumnado e incluso algunos padres contribuyeron a su difusión. Los casos de ciberacoso han aumentado un 10% en un solo curso y suben también las faltas de respeto y los problemas de conducta en las aulas. El insulto, la amenaza y la intimidación cuentan además con la pantalla del ordenador, la tableta o el teléfono móvil como estilete ofensivo. Lo que antes se circunscribía al ámbito educativo y se situaba en un espacio y tiempo determinados, se extiende a cualquier lugar y momento del día. Ahora el docente puede estar fuera de su horario lectivo, lejos de su lugar de trabajo y, sin embargo, continuar siendo víctima de vejaciones, al igual que los niños o jóvenes que son víctimas del mismo problema. Aunque esta tipología acosadora aumenta en Educación Primaria, es especialmente significativa en la ESO. Los cambios sociales en relación con el papel de la escuela, que ha pasado de ser un lugar de aprendizaje a un espacio donde se manifiestan insatisfacciones y controversias, requieren nuevas herramientas para luchar contra esta realidad, que afecta tanto a alumnos como a profesores.
Cambio climático
Muchos son los hábitos que el inexorable avance del cambio climático, del que ayer se celebró el Día Mundial, nos obligará a modificar, y aunque las grandes decisiones no dependen del ciudadano de a pie, sí que cada cual puede contribuir con un granito de arena a intentar frenarlo y paliar sus efectos.