La gran riada del Segre del 82
Era domingo y los leridanos se preparaban para volver al trabajo la mañana del lunes, los vecinos de Balaguer estaban a punto, igual que hoy, para celebrar las fiestas del Sant Crist, para El Pont de Bar era un día festivo de otoño como cualquier otro en tiempo de setas y Andorra había recibido, como todos los fines de semana, multitud de compradores de quesos, colonias y chocolates. Pero esa madrugada del 7 al 8 de noviembre de 1982 cambió para siempre la vida de 22 familias que perdieron a sus seres queridos, impulsó importantes estudios hidrográficos y obras de canalización de las ciudades construidas cerca del cauce del Segre y sus afluentes que padecieron avenidas. En Lleida ciudad, el agua entró por Pardinyes, y en cuestión de muy pocas horas Cappont, Blondel y la Rambla Ferran quedaron anegadas, lo que obligó a muchos vecinos a salir en barca de sus casas o puestos de trabajo, como los trabajadores fundadores de este diario, que justo había nacido dos meses antes. Y la avenida no acabó aquí, ya que el agua siguió, como hace siempre, su curso y tras juntarse los cauces del Segre y del Cinca llegó a La Granja d’Escarp, donde también se produjeron muchos daños materiales. La catástrofe de València ha revivido la memoria de los leridanos que sufrieron ese episodio de fuertes lluvias, que llegaron a acumular entre 400 litros y 500 por metro cuadrado.
Lleida aprendió la lección, al igual que había hecho siglos antes Tàrrega, o en el 62 Rubí y toda la cuenca del Besòs en el Vallès, y se han canalizado los ríos, se han construido embalses como el de Rialb, que almacenan el agua que cae en cabecera, pero queda mucho trabajo por hacer, como la dana en València ha demostrado. Construimos demasiado cerca de los ríos, faltan planes de evacuación de solvencia contrastada y que la ciudadanía se conciencie de que una alerta por riada no es una broma y, sobre todo, que las administraciones se tomen como una prioridad absoluta las obras e infraestructuras necesarias para que los fenómenos meteorológicos no causen tanta desolación.
Accidentes laborales
Los accidentes laborales aumentaron en la provincia de Lleida en un 2% entre enero y septiembre en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según los últimos datos publicados por la Generalitat, en los primeros nueve meses del año se registraron 5.283 siniestros, es decir, más de 19 al día. Y si bien la mayoría fueron de carácter leve, se contabilizaron 33 graves y siete de ellos mortales, ocho con el operario fallecido ayer en Vallfogona de Balaguer. Las normas de seguridad laboral han mejorado mucho en las últimas décadas, pero hay que seguir buscando el 0 y actualizar siempre los protocolos