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El salario medio anual de las leridanas se situó en el año 2023 en los 20.869 euros, una cifra que se queda 2.935 euros por debajo de los 23.804 que de media ingresaron los leridanos, según se desprende de la estadística Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, publicada por la Agencia Tributaria (AEAT). Pese a que la brecha de género ha disminuido en comparación a la registrada durante el ejercicio anterior, cuando superaba los 3.000 euros, las mujeres siguen constituyendo uno de los colectivos que más sufren la precariedad laboral, ya que son las más afectadas por la temporalidad, el pluriempleo y la parcialidad. La diferencia salarial se hace notable, sobre todo, a partir de los 35 años, debido a que muchas mujeres se ven obligadas a trabajar a jornada parcial al tener que compaginar el trabajo fuera de casa con cuidados familiares. La brecha entre géneros es aún mayor si analizamos los datos registrados en el conjunto de Catalunya, donde ellas ingresaron de media 5.568 euros menos al año que ellos, situándose el salario medio de los hombres en los 28.172 euros y el de las mujeres en los 22.604. Esta diferencia de las nóminas no es exclusiva de Lleida, Catalunya o España, ya que las mujeres trabajadoras en la UE ganan un 12,7% menos por hora de media que los hombres. Las cifras son claras, por eso hay que ahondar en las claves que provocan estas diferencias y es evidente que los roles de género están detrás de los números. En primer lugar, las mujeres realizan más horas de trabajo no remunerado (cuidado de niños o tareas domésticas) que los hombres y este tiempo empleado en tareas no pagadas implica que las mujeres tienen menos tiempo para desempeñar su jornada laboral pagada. Según los datos de Eurostat de 2022, casi un tercio de las mujeres en la UE (28%) trabajan a tiempo parcial, mientras que solo el 8% de los hombres lo hacen. En total, las mujeres acumulan más horas de trabajo por semana que los hombres. Las mujeres también son mucho más propensas a ser las que asumen interrupciones de carrera o profesión. Así, un tercio de las mujeres trabajadoras de la UE interrumpieron su trabajo por cuestiones como el cuidado de los niños, en comparación con un 1,3% de los hombres. Algunas trabajadoras modifican su carrera laboral por el cuidado de otras personas y las responsabilidades familiares. Sin olvidar que alrededor del 24% de la brecha salarial de género total puede explicarse por una sobrerrepresentación de las mujeres en sectores con salarios relativamente bajos, como los cuidados, la sanidad o la educación. Por lo tanto, las mujeres no solo ganan menos, sino que también realizan más trabajo no remunerado. La única manera de ir rompiendo techos de cristal es la conciliación y el reparto de las tareas doméstico-familiares que abocan a muchas mujeres, todavía a día de hoy, a renuncias personales o laborales.

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