Les Valls d’Àneu recuperan un trozo de su pasado
En mayo de este año, la dirección general de Patrimonio Cultural informaba al Consell Cultural de les Valls d’Àneu que la Generalitat adquiriría un fragmento del retablo gótico de Sant Martí d’Escalarre, después que el historiador Albert Velasco compartiera con Ferran Rella su localización tras más de un siglo extraviado. Finalmente, se formalizó la compra a un anticuario del barrio de Gràcia de Barcelona por 25.000 euros y desde ayer está ya disponible para su exposición en el Ecomuseu de les Valls d’Àneu. Sant Martí d’Escalarre es una iglesia románica del municipio de La Guingueta d’Àneu y el retablo, atribuido al maestro de Son (contiene escenas de la vida de Jesús y de Sant Martí), entre los años 1903 y 1913 fue troceado y desapareció de la iglesia, como tantas otras obras artísticas de gran valor, algunas de las cuales recogió, compró o acogió el Museu Diocesà de Lleida para que no se extraviaran o perdieran para siempre y que por razones políticas posteriormente se volvió a desmembrar, con un último capítulo de la Guardia Civil llevándose las obras en plena aplicación del artículo 155 de infausto recuerdo. La unidad museística es un debate de nunca acabar porque cada cual esgrime sus argumentos, pero lo que está clarísimo es que nada como un museo para acoger obras de arte, que requieren mucha inversión para conservarlas y garantizar su seguridad, además de una exhibición mucho mayor. La tecnología de hoy en día permite maravillas como la reproducción vídeo del ábside de Sant Climent de Taüll, con su Crist en Majestat como joya de la corona, pero devolver al territorio estos bienes, si hay dónde exponerlos y preservarlos, es también una gran noticia. Los patrimonios culturales son un eje fundamental de los pueblos y las naciones, y La Guingueta y todas las Valls d’Àneu están de enhorabuena porque podrán dar a conocer esta riqueza de su pasado a las generaciones presentes y futuras. Loar también el trabajo de Albert Velasco, que sin otro interés que el arte y su preservación ha contribuido a recuperar este retablo perdido.
De la sequía a aliviar agua
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en coordinación con Endesa, ha llevado a cabo la primera crecida controlada conjunta en los ríos de Lleida, dada el agua acumulada en todos los embalses, que han pasado en un año de una situación de sequía pertinaz, que obligó en esta cuenca a restricciones al riego, sobre todo en el Canal d’Urgell, a tener el agua asegurada y en algunos puntos verse obligados a desembalsar. Es ahora, sin emergencias de riego o de consumo de boca y con los suministros garantizados, cuando corresponde diseñar infraestructuras para no repetir errores en el futuro
