SEGRE

Creado:

Actualizado:

La especulación y el turismo han desbocado los precios del alquiler. Primero se produjo la gentrificación del centro de Barcelona, pero en pocos años el problema salpica a casi todo el país y las comarcas de Lleida no son ajenas a este fenómeno, especialmente las del Pirineo. La crisis habitacional sacó ayer a la calle a miles de personas en la capital catalana, aunque también hubo una concentración en Lleida. El artículo 47 de la Constitución dice que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, pero si en 1978 esto era poco más que una declaración de intenciones –era la década en la que se erradicaron barrios enteros de chabolas que dieron paso a bloques de protección oficial–, en la actualidad es ciencia ficción. Los precios de las viviendas no han dejado de subir a pesar del estallido de la llamada burbuja inmobiliaria en 2008, y los salarios se han quedado atrás. En barrios de Lleida como Joc de la Bola, el precio del metro cuadrado es de 1.959 euros, con lo que un piso de 90 metros supera los 175.000 euros. Por contra, el salario medio anual en la demarcación es de 20.506 euros. Y poco cambian las cosas si se opta por el alquiler. Cada piso que se oferta en Lleida tiene a 49 personas interesadas. Sube la demanda y baja la oferta, porque el parque de viviendas de alquiler ha pasado de 6.520 a 4.774 en cinco años. Y el precio medio que pagan los inquilinos es de 673 euros al mes. No hay una solución mágica, pero es evidente que sin una apuesta firme de las instituciones por las promociones de vivienda de protección oficial se condenará a toda una generación, que no ve cómo independizarse. Es cierto que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ya anunció que su gobierno invertiría 4.400 millones para construir 50.000 viviendas públicas antes de 2030, pero los inquilinos intuyen que sin presión las promesas políticas tardan más en cumplirse y ayer exhibieron músculo y pusieron sobre la mesa problemas que van más allá de la construcción de nuevos pisos. En algunas zonas sí que hay parque inmobiliario en oferta, pero en régimen de alquiler de temporada o usos turísticos. En este mismo diario explicábamos el año pasado el caso del alcalde de Riu de Cerdanya, Abel Alfonsín (Junts), que no podía vivir en el pueblo que le había elegido como gobernante debido al alto precio de la vivienda. Un ejemplo paradigmático de la situación insostenible a la que se ha llegado. 

La UdL crece en Igualada

El campus de Igualada de la Universitat de Lleida ha triplicado el número de estudiantes desde 2018 y se prevé que llegue al millar de alumnos en 2025, con una oferta de ocho titulaciones

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking