Faltan trece
Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Por si queda alguien que aún cuestione que se deba conmemorar esta fecha, un baño de realidad del ministerio de Interior, que en un informe señala que Lleida fue en 2023 la tercera provincia española con la mayor tasa de hechos conocidos contra la libertad sexual por cada 10.000 habitantes, con un total de 6,2, por delante del resto de provincias catalanas y solo por detrás de Baleares (8,8) y Navarra (6,9). Y es que las denuncias por violencia sexual no paran de aumentar. En 2023 se presentaron ante los cuerpos policiales en Lleida un total de 276 demandas por delitos sexuales, lo que supone un incremento del 36% respecto a un año antes. Los datos son atroces: se denunciaron 105 violaciones, amén de 6 casos de acoso sexual, y 12 de contacto con menores de 16 años mediante telecomunicaciones. Pero las cifras son solo la punta del iceberg. Desde que en 2003 se iniciaron los registros oficiales de violencia sexista, faltan trece leridanas: Teresa, Tony, Dominga, Emma, Celia, Anna, Sabrina, Ilham, Alba, Mónica, Irina, Elisabet y Beatriz. Son los nombres de las trece mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Detrás de cada nombre, una historia truncada dramáticamente. Son mujeres de edades y perfiles socioeconómicos muy diversos. Hay madres, empresarias, migrantes.. La violencia machista no parece hacer distinciones. En el conjunto de España, se han registrado 1.286 feminicidios desde el 1 de enero de 2003 hasta hoy y en lo que va de 2024 ya ha habido 41. El último caso se lamentó este mismo fin de semana, cuando un hombre asesinó a tiros a su mujer en la localidad sevillana de Estepa, y después se suicidó. Esta lacra también ha supuesto la muerte de 61 menores de edad hijos de víctimas de violencia machista, 8 solo en lo que va de año. Es la llamada violencia vicaria, una forma más de hacer daño a la mujer a través de sus hijos. Ante este panorama desolador, es de justicia que se salga a la calle a reivindicar algo tan básico como que una mujer pueda regresar sola a su casa de noche sin tener que pasar miedo. O que pueda romper una relación sin temer por su vida.
Olvidadas
Y si aquí la situación para las mujeres es grave, la periodista afgana Khadija Amin, exiliada en España, denunciaba recientemente en Lleida que la comunidad internacional ha olvidado a las mujeres de Afganistán. Los titulares de una guerra desplazan a los de la guerra anterior, y ponemos el foco en otro conflicto. La dramática situación que se vive en Gaza nos hizo olvidar de Ucrania después de mil días de guerra y más lejos aún queda el interés occidental por la insoportable discriminación que sufren las afganas a manos de los talibanes.
