El sida sigue aquí y no hay que relajarse
El sida fue descubierto a principios de los años 80, cuando médicos estadounidenses empezaron a observar que había grupos de pacientes con enfermedades muy poco comunes y con síntomas muy parecidos a un caso de África de 1959. Los primeros infectados se detectaron en 1981 en Nueva York y California (el primer caso de sida en España se diagnosticó en octubre de ese año en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona), aunque no fue bautizado como sida hasta un año más tarde. Estas personas padecían enfermedades como el sarcoma de Kaposi, un tipo raro de cáncer de piel, así como un tipo de infección pulmonar que transmiten los pájaros. Pronto aparecieron pacientes entre drogadictos infectados por vía intravenosa y receptores de transfusiones de sangre. En 1982 se dio nombre a esta enfermedad: síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Desde entonces el sida ha matado a 40 millones de personas en todo el mundo y ha dejado huérfanos a 12 millones de niños en África. El VIH siempre ha sido una enfermedad estigmatizada por darse la mayoría de casos entre drogadictos y homosexuales, con lo que además de la enfermedad, quienes lo padecían tenían que luchar contra los prejuicios de los posibles contagios, sobre todo en los 80 cuando se desconocía el modo de expansión del virus. Gracias a los avances médicos, el sida ha dejado de ser un virus letal para convertirse en una enfermedad crónica y los casos iban disminuyendo, aunque el repunte de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), producido por una relajación general del miedo al virus y a otras patologías, vuelven a empeorar las cifras. Los esfuerzos para prevenir la transmisión se centran en la educación sexual y el uso de preservativos y, más allá de eso, una vez infectado solo se podía recurrir a los antirretrovirales, que reducen la velocidad de reproducción del VIH en el organismo. Estos fármacos deben utilizarse de forma combinada pues el virus muta con facilidad, creando nuevas cepas a menudo resistentes al fármaco. En cuanto a la vacuna, cuatro décadas de investigación contra el VIH ofrecen nuevas esperanzas pero hasta que llegue hay que insistir en no relajar el uso de preservativos. El sida sigue aquí.ERC, segunda parteOriol Junqueras ganó por un amplio margen de 13 puntos la votación de ayer para la presidencia de Esquerra, pero se quedó con el 48% de los votos, lo que hace indispensable una segunda vuelta (los estatutos establecen que si ningún candidato llega al 50% hay que ir a otra vez a las urnas). Dado que Godàs consiguió el 35% y Solà el 12%, estamos casi ante un empate técnico. Sigue, pues, la batalla en ERC para decidir el rumbo y el liderazgo del partido