Buen año para el porcino
El sector porcino está a punto de cerrar un año histórico en el que tanto la producción como la industria acabarán con beneficios importantes en sus balances. En la producción, el mercado ha registrado un descenso de cotizaciones en origen, pero la rebaja de los costes, en especial en cereales y piensos, ha mejorado la rentabilidad. De cara al próximo año, se estima que el precio en origen pueda reducirse en torno a un 5 o incluso un 8%. Una caída relacionada con un esperado repunte de la producción, no por el aumento de granjas, sino por la superación de ciertos problemas sanitarios que han mermado la productividad de este 2024. En cuanto a los costes, el sector augura que se mantendrán similares, pero con cierta tendencia a la baja. Los problemas podrían llegar de la mano del virus de la peste porcina africana (PPA) por lo que se pide extremar las medidas de seguridad en las importaciones, para evitar que pueda llegar algún lechón infectado, y en la fauna salvaje. España es hoy el primer productor de la UE, superando ya a Alemania, con problemas precisamente de PPA, y Lleida es, junto con Huesca, una potencia en producción de porcino, liderando con la provincia vecina tanto la cabaña como la industria. Evidentemente hay muchas mejoras que llevar a cabo, como profundizar en la economía circular y ecológica, utilizando purines como abono, evitando los de síntesis química, lo que reduciría a la mitad el coste para los cerealistas y pudiendo multiplicar por tres la productividad. La amenaza china de imponer aranceles adicionales al porcino dentro de la llamada guerra del coche eléctrico con la UE, el pacto con Mercosur y la incertidumbre en el comercio mundial por la llegada de Donald Trump son otras incógnitas que planan sobre los productores y las empresas agroalimentarias, pero sin duda, a día de hoy, es un sector solvente, que crea empleo y riqueza y que contribuye en gran proporción a asentar la ganadería en las comarcas de Lleida, un sector primario que junto a la agricultura es indispensable para el progreso de Ponent. Arranca el esquíEs evidente que los complejos invernales de Lleida deben adaptarse a la nueva cultura del agua y su escasez, que tendrán que adecuar cotas y pistas al cambio climático y que el Pirineo debe diversificar su economía para no depender en exclusiva del turismo y buscar soluciones al precio de la vivienda, pero nadie puede poner en duda que el esquí ha aportado riqueza, frenado el éxodo a las ciudades, ha posibilitado la creación de empresas, de empleo y, lo más importante, ha obligado a dotar de servicios a las comarcas de montaña, equipamientos indispensables para asentar a los vecinos autóctonos y atraer de nuevos.