2024, el año del fin del ‘procés’ en Catalunya
El 2024 arrancó con una tragedia que provocó más de 500 muertos por un terremoto en una isla de Japón y acaba con otra, este caso con las 179 víctimas del avión surcoreano estrellado contra un muro tras un aterrizaje de emergencia, el pasado sábado. En medio, muchos cambios políticos virando a la derecha que culminaron con la victoria de Donald Trump en los EEUU. Pero sin duda uno de los episodios más lamentables de este año que despedimos es el de los ataques vergonzosos de Israel sobre los palestinos tras los asesinatos terroristas de Hamás a ciudadanos de este país en octubre del 2023. Todo el mundo condenó a Hamás, pero la respuesta del gobierno israelí rompe las reglas internacionales y demuestra, una vez más, que la ONU poco o nada puede hacer ante los poderes de la geopolítica mundial que anteponen intereses de todo tipo a los derechos humanos. Ucrania y su guerra interminable es otro ejemplo de esta irrelevancia de las instituciones europeas ante los poderes que mueven el mundo. Otro hecho de la máxima relevancia del 2024 es la dana en el País Valencià, tanto por los muertos, más de 200, como por la inoperancia política de prevención, y la relevancia que tiene el cambio climático sobre el urbanismo, tal y como lo habíamos aplicado hasta ahora. En el último siglo hemos ido construyendo en los márgenes de los ríos, cuando no en su cauce, y ha llegado el momento de replantearnos muchas cosas dada la frecuencia, cada vez mayor, que padecemos dramas climáticos. Lo mismo sucede con la sequía y la importancia de gestionar mucho mejor los recursos hídricos. También los doce últimos meses nos recuerdan que es inaplazable el cambio de los combustibles fósiles por las energías verdes. El islamismo radical sigue sembrando el terror allí donde se asienta y el trato degradante a las mujeres en Afganistán e Irán serían la muestra más evidente. Pero el machismo sigue también muy presente en el mundo occidental y las muertes cotidianas de mujeres a manos de sus maridos o exparejas son el pan de cada día. En cuanto a Catalunya, el cambio político surgido de las elecciones de marzo de este año dejó por primera vez en muchos años al independentismo fuera del Govern de la Generalitat y al procés tocado de muerte. Los socialistas, ahora en el ejecutivo catalán y español, propiciaron la aprobación de la ley de Amnistía hace 7 meses, pero el Supremo sigue poniendo palos a las ruedas para su aplicación y será ya en 2025 cuando el Constitucional se pronuncie. Una judicatura que este año también está pasando la prueba del algodón al PSOE, en una España cada vez más polarizada. Por lo que respecta a Lleida, el campo dijo basta a las trabas burocráticas y pérdida de poder adquisitivo con una tractorada histórica en febrero para reivindicar el mundo rural y los trenes convencionales siguieron averiándose un día sí y otro, también.