El área de obstetricia del Arnau
Desplazarse hasta 100 kilómetros para dar a luz fuera de Lleida es la elección forzada por la que han tenido que optar mujeres que no quieren compartir un proceso tan íntimo con hasta otras siete parturientas en una sala de dilatación con boxes que solo están separados por mamparas y cortinas. Los ejemplos de Eva o Marta, dos leridanas que tuvieron a sus primeros hijos en Valls e Igualada y dieron a luz a su segundo hijo en el Arnau, constatan que “el equipo trabaja muy bien, pero las instalaciones no transmiten confianza y obligan a seguir un protocolo anticuado”, como publicó SEGRE en diversas ocasiones el año pasado. “Decidí dar a luz en el hospital público de Igualada porque aquí no tenía la tranquilidad de que se fuera a respetar el tipo de parto natural que quería”, aseguraban. Una de las matronas de la unidad del Arnau explicó ya en ese momento que “el área incumple el protocolo del departamento de Salud porque debemos desplazar a las mujeres tres veces durante el parto”. Además, “la falta de intimidad es tal que las mujeres dilatan mientras escuchan los gritos de otras, y cuando las cambiamos tenemos que pedir al resto de acompañantes que no se levanten para que no vean sus genitales”. Asimismo, las matronas alertan de la falta de personal que sufren. “Deberíamos ser 5 por turno y en algunos casos somos 3 porque hay compañeras de baja”, afirman. “La falta de matronas obliga a que los postpartos sean atendidos por enfermeras no especializadas, algo que se podría solucionar renovando la infraestructura”, añadían. La vocal matrona del Colegio Oficial de Enfermeras de Lleida (COILL), Leyre Estallo, pedía “voluntad política para poner a las mujeres en el punto de mira y un análisis con perspectiva de género que responda por qué todavía no se ha renovado una área clave en el momento más importante de su ciclo reproductivo”. Ante esta situación, el director gerente del ICS, Josep Manuel Pomar, aseguró que para un hospital como el Arnau, que en 2024 fue el segundo del ICS con más partos, y dado que su estructura e instalaciones son antiguas, se aprobó un plan director para la renovación total del entorno hospitalario creando un parque único entre este recinto y el Santa Maria con una inversión de 206 millones hasta 2036. Este período es demasiado largo para dar una solución a esta imperiosa necesidad, por lo que se ha diseñado una reforma provisional del bloque obstétrico con la intención de licitar el próximo febrero las obras para que a finales del presente ejercicio se puedan estrenar ocho nuevas salas individuales de dilatación. Esperemos que estos plazos se cumplan porque no hay ningún otro hospital de referencia en toda Catalunya que tenga tales deficiencias y las leridanas tienen el mismo derecho a gozar de la intimidad necesaria en el momento del parto que cualquier otra mujer de Barcelona, Tarragona o Girona.