SEGRE

Creado:

Actualizado:

El Gobierno español y Junts alcanzaron ayer un acuerdo para aprobar un decreto con la subida de las pensiones y parte de las medidas del escudo social, lo que sin duda es una buena noticia, tanto para los pensionistas como para las miles de personas que se benefician de las rebajas en el transporte público, bastante deficitario ya en Rodalies Catalunya, y las ayudas por la dana. Cuando hay voluntad política, no es tan difícil llegar a acuerdos que benefician a la mayoría de los ciudadanos del estado, que es en definitiva la misión principal que tienen los partidos y para lo cual depositamos en ellos nuestra confianza mediante el voto. Se garantizan, pues, las medidas sociales, incluyendo unas garantías para los propietarios de pisos con impagos de alquileres y por los desperfectos que puedan causar en casas okupadas. Así, se siguen evitando los desalojos de personas vulnerables, pero a la vez no se deja al pequeño propietario sin compensaciones. El resto de medidas, que poco o nada tienen que ver con la vulnerabilidad social, como compensar económicamente a las empresas extranjeras que ponen dinero en competiciones de la UEFA, por poner solo un ejemplo, deberán seguir negociándose. Bien está, pues, lo que bien acaba, porque la alternativa de bloquear estas prestaciones solo para conseguir réditos electorales o culparse unos a otros no beneficiaba a nadie y solo alimenta la antipolítica, demasiado nutrida ya de populismo y envites que provocan división y odio. El PSOE hace bien en ceder en algunos puntos y Junts, en primar el interés general. Romper la baraja y propiciar unas elecciones ahora comportaría hartazgo de los votantes, perjuicio a millones de personas y una parálisis en un diálogo entre las fuerzas catalanas y el PSOE-Sumar que, tal y como está el panorama mundial y con el auge de la extrema derecha, no vaticinaría precisamente una mejora de la vida de los ciudadanos, ni catalanes ni del resto del estado. La política es el arte de lo posible y hay que buscar siempre una entente antes de quemar las naves. 

La batuta de la Julià Carbonell 

El cambio de dirección es siempre un momento excitante para una orquesta. La Orquestra Simfònica Julià Carbonell (OJC) deja atrás la era de Alfons Reverté, un director que ha mantenido durante 22 años a la formación leridana en un lugar privilegiado, e inicia la de Xavier Pagès-Corella, un destacado profesor del Liceu con una sólida carrera internacional en dirección y composición. Las expectativas son muy altas. Habrá que ver por dónde irán los tiros de la programación con un especialista en música contemporánea, lo que puede ser un arma de doble filo, pero sin duda ilusionante para Lleida.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking