Europa ante la guerra comercial de Trump
Donald Trump ha iniciado su nueva etapa en la presidencia de EEUU llevando a la práctica las promesas que hizo en su campaña electoral, por muy descabelladas que puedan parecer para los que seguimos la política norteamericana desde la distancia. Lo ha hecho firmando órdenes a diestro y siniestro, una de las cuales es la imposición de aranceles del 25% a Canadá y México y del 10% a China, que debían entrar en vigor hoy, aunque la presidenta mexicana anunció ayer un acuerdo para aplazar un mes los previstos para su país. Todavía no ha fijado ninguno para la Unión Europea, pero ha dejado claro en varias ocasiones que gravará las importaciones desde sus países miembros, sin concretar en qué porcentaje. De momento, estos primeros aranceles impuestos ya tuvieron consecuencias ayer en los mercados financieros, con caídas de entre un 1% y un 2% de las principales bolsas europeas y pérdidas mayores en las de Japón y Taiwán, mientras que la apertura de Wall Street también estuvo marcada por los números rojos. Además, el euro se depreció y el dólar se revalorizó. Con toda probabilidad, solo es un pequeño aperitivo de lo que vendrá cuando estas y las nuevas medidas arancelarias que ordene Trump originen una guerra comercial en la que, como en todas las guerras, habrá muchos perdedores y está por ver si realmente alguien saldrá ganando. El propio presidente de EEUU admitió el domingo que estos gravámenes causarán “dolor” en su país, pero que el resultado final “merecerá el precio a pagar”. No hay que ser un experto económico para vaticinar que este dolor afectará principalmente a los ciudadanos de a pie y no a los magnates que apoyan al dirigente republicano, y que también incidirán negativamente en las economías de los países europeos. Ante esta coyuntura, sería necesario que la UE articulara una estrategia común para intentar minimizar los daños. Ayer, los líderes de los Veintisiete, en una cumbre informal, dieron la imagen de ir por este camino al mostrar una respuesta unitaria a la doble amenaza de Trump de imponer aranceles y de tomar por la fuerza Groenlandia, que forma parte de Dinamarca, asegurando que el bloque tiene que abordar la urgencia de reforzar su defensa y encontrar mecanismos de financiación europeos para afrontar este gasto, pero sin entrar en una guerra comercial con Washington. Y en el caso de que la haya, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que, “si nos atacan en cuestiones comerciales, Europa, como potencia que se mantiene firme, tendrá que hacerse respetar y, por tanto, reaccionar”. Buena imagen y buenas palabras; el problema es que varios de los países miembros han dado un giro a la ultraderecha, con gobiernos que apuestan por menos Europa, por lo que si se acaban confirmando los aranceles de EEUU, la UE se enfrentará al reto de reforzarse o de caer en la irrelevancia.