La mejora del Barri Antic y sus problemas
Los problemas del Centro Histórico de Lleida no son nuevos y pese a que sus orígenes fueron construidos sobre restos romanos y sarracenos, las diferentes guerras históricas terminaron por destruir un barrio que, poco a poco, se empobreció arquitectónica y socialmente. El derribo de las murallas y el crecimiento de la capital fueron alejando de estas calles comercios, negocios y habitantes. Conocedores de esta realidad, los diferentes ayuntamientos tras la restauración democrática se fijaron como uno de sus principales objetivos abrir la ciudad al río y al Barri Antic. En la época de Antoni Siurana se logró que el Segre no fuera una división, sino un eje de crecimiento y expansión, con una canalización que cambió por completo el perfil urbano de la ciudad. Pero reintegrar el Centro Histórico plenamente en el devenir de la capital del Segrià cuesta mucho más. Primero por el envejecimiento y el éxodo de la población que residían allí hasta la década de los 80, la mala calidad de las viviendas que requerían muchas de ellas un derribo total y, también, por los guetos enquistados en algunas de sus calles y plazas. Las iniciativas para superar estos obstáculos han surtido efecto en muchos ámbitos, y desde La Seu Vella al Mercat del Pla, el Parador del Roser, el centro de arte contemporáneo de La Panera o la cada vez más notable oferta de restauración de calidad han mejorado, y mucho, la radiografía general. La inclusión en los diferentes planes de barrio de la Generalitat ha posibilitado nuevas construcciones e inversiones notables, pero sigue habiendo sobreocupación de muchas viviendas, bares y prostíbulos ilegales y un reducido, pero muy visible, grupo de personas ajenas al bien común y a la convivencia ciudadana que han convertido la plaza Josep Solans en un constante problema. Adicciones y marginación que impiden la mejora integral de esta parte fundamental de la memoria y devenir de Lleida. El martes vivimos otro episodio de este incivismo de los habitantes de los bloques públicos de Josep Solans y los vecinos insisten en tomar medidas. Por su parte, la Paeria, por boca de la teniente de alcalde Cristina Morón, anunció más presencia policial y nula impunidad ante un problema estructural y difícil de resolver. Pensiones y transporteEl Congreso de los Diputados convalidó ayer, con una amplia mayoría y la única oposición de los 33 diputados de ultraderecha y la abstención de UPN, el decreto ley del escudo social que incluye, entre otros, la revalorización de las pensiones, la prórroga de los descuentos al transporte y las ayudas para las personas afectadas por las inundaciones de octubre en València. Bien está, pues, lo que bien acaba