Dos atropellos en menos de 24 horas
Un estudiante de la UdL, Guillem Saumell Company, de 19 años, murió el viernes tras ser atropellado por un camión a primera hora de la mañana en la N-240 en Lleida. El accidente tuvo lugar a la altura del punto kilométrico 97,5, entre Ciutat Jardí y Les Basses, cuando la víctima caminaba junto a la carretera, según informó el Servei Català de Trànsit. La UdL explicó que la víctima, vecino de La Riba (Alt Camp), era alumno de la Escola Politècnica Superior, en el doble grado en Ingeniería Mecánica y Energía y Sostenibilidad. A través de las redes sociales, la universidad envió un comunicado en el que trasladó sus condolencias a familiares y amigos de la víctima. Ayer, otra persona de Tàrrega también fue arrollada en la autovía en el término de Vilagrassa por un vehículo a las 6.00 horas en parecidas circunstancias, es decir, caminar junto a esta vía de gran densidad de tráfico. Por otra parte, el jueves, una mujer fue embestida por dos turismos en la C-16 en Sant Fruitós de Bages, en un accidente muy similar a los citados y falleció. En Lleida, en lo que llevamos de año han muerto ya cuatro personas por accidentes de tráfico y estos dos atropellos en las últimas 24 horas encienden todas las alarmas de que volvemos a descuidar las normas de circulación y el peligro que comporta esta relajación en la circulación viaria. Primero porque las principales vías de Catalunya están cada vez más colapsadas de tráfico, segundo porque el parque automovilístico ha aumentado y envejecido y tercero porque también suben los transeúntes y ciclistas en estas vías, por circunstancias diversas y diferentes. Todo ello acarrea un peligro evidente para la seguridad, que ha de hacer extremar las precauciones, porque de lo contrario las tragedias que destrozan vidas y familias pueden ir a más y los muertos del asfalto habían disminuido bastante en las últimas décadas gracias a la mejora de las vías y las campañas de concienciación. Habrá que volver a recordar que las imprudencias y la falta de cumplimiento de las normas de tráfico se pagan, en muchas ocasiones, con la vida.
Rearme, da igual el nombre
La Comisión Europea busca rebautizar su plan para reforzar la defensa y dejar de lado la palabra “rearme”. El proyecto, con el que la UE espera movilizar hasta unos 800.000 millones de euros en 5 años, había sido lanzado como “Rearmar Europa”, pero la Comisión admite que el nombre puede afectar sensibilidades. Hay motivos para defender esta súper inversión en armamento y para todo lo contrario, con argumentos igual de válidos, según cada ideología o forma de pensar, pero lo que es ridículo es reducirlo todo a una nomenclatura. Llámenlo como quieran, pero es un rearme con todas las letras.