Navidad. Afabilidad y la casa de té

La semana pasada me acerqué a la tienda a la que voy habitualmente a comprar el té. Atendían a una clienta, después deberían hacer lo propio con la segunda y yo debería esperar. En la bolsa me llevé algo más que té. La segunda clienta al oír la pregunta que me hizo la dependienta y mi respuesta me cedió el turno. Fue el psicólogo Raymon Cattell quien colocó la afabilidad como el primero entre los 16 rasgos que componen su cuestionario de personalidad 16PF-5, utilizándose tanto en el ámbito clínico como en el de las organizaciones para evaluar la personalidad de los individuos. A menudo, y a la hora de hablar de la personalidad de alguien, hacemos referencia a conceptos complejos: aprensión, estabilidad emocional o autocontrol y, sin embargo, pocas veces lo hacemos en base a un concepto tan sencillo como es la afabilidad, y que se puede apreciar con tan solo observar el comportamiento de todas las personas que intervienen en nuestras relaciones sociales.

La afabilidad en el ámbito de la psicología

Tal y como apuntamos, la afabilidad es uno de los 16 factores que se miden para evaluar la personalidad de los individuos y a partir de los cuales se pueden calcular las cinco grandes dimensiones de la personalidad: Extraversión, Ansiedad, Dureza, Independencia y Autocontrol. Las personas que obtienen puntuaciones altas en afabilidad son personas amables y cálidas, a las que les gusta la interacción social y que son valoradas muy positivamente por los otros miembros del grupo con el que se relacionan, sea tomando un café o en la cola del supermercado. Las personas que en el cuestionario de personalidad de Cattell obtienen puntuaciones bajas acostumbran a ser distantes y huidizas con los demás, lo que las lleva a buscar en mayor medida la soledad frente a las relaciones sociales.

La afabilidad en el ámbito del trabajo

En el plano laboral, las personas que puntúan alto en el rasgo de afabilidad se mostrarán especialmente motivadas por los trabajos cuyo día a día impliquen un mayor contacto social, como es el caso de posiciones comerciales, asistentes sociales, de atención al cliente, etc. Estas personas son miembros perfectos a la hora de integrarse en los equipos de trabajo, y de ahí que es preciso identificarlos e incluirlos en aquellos equipos en los que sea preciso mejorar su cohesión. Por otra parte, las personas altamente afables estarán menos satisfechas con trabajos que requieran una alta creatividad individual.

Tasa de transmisión de la afabilidad

Mientras todos andamos preocupados día a día, y casi hora a hora, porque la tasa de transmisión del dichoso virus sea menor que uno, con la tasa de transmisión de la afabilidad ocurre todo lo contrario; aquí, cuanto mayor sea la propagación, mejor. Cuanto mayor sea nuestra relación con los individuos “infectados” por la afabilidad, mejor para todos. Recuerdo cómo al salir de la tienda e ir a buscar el coche, había un vehículo aparcado en doble fila que me impedía salir; sin embargo, lejos de enfadarme y contagiado por la afabilidad de la clienta anónima, esperé un par de minutos y pude volver a circular. En esta Navidad, apostemos todos porque la afabilidad sea el rasgo dominante y, si es posible, que se pueda quedar con todos en el 2021.