PERSONAS Y ORGANIZACIONES
Mesas calientes vs. empleados fríos
La pandemia ha llevado a las empresas a experimentar cambios sustanciales en sus modelos organizativos.
Primero fue la irrupción espontánea y forzosa del teletrabajo, después, y de forma más meditada, la adaptación de modelos híbridos que combinan lo presencial con el trabajo en remoto y, ahora, con la aparición de las hot desk o mesas calientes, se acaba en parte con el concepto de mesa/puesto de trabajo en propiedad. La realidad actual está pasando por la implementación de fórmulas de semi presencialidad que comportarán unas consecuencias sociolaborales, legales y económicas imposibles aún de predecir.
Empresas, sindicatos y administración deberán definir y negociar cómo será la relación laboral en este nuevo entorno.
De momento, este mes de septiembre, la Audiencia Nacional ha desestimado la reclamación sindical presentada ante la implantación de este sistema de mesas calientes por parte de una importante empresa andaluza..
Open spaces
La transición desde el viejo concepto de trabajador@s propietarios del puesto de trabajo en la que todos conocían en donde estarían sentad@s y al lado de quien, se está pasando a otro en el que los emplead@s que no asisten cada día a la oficina, por viajes de trabajo o por trabajar a distancia, deberán reservar la mesa para su próximo día de trabajo en las instalaciones de la empresa.
Nada distinto a lo que ya hacemos cuando deseamos reservar en un restaurante o la pista de pádel, lo que provocará cambios culturales que irán más allá del objetivo principal de optimizar los espacios de trabajo, ya que nos encontraremos con empleados que cambian frecuentemente de vecinos, con la imposibilidad añadida de personalizar el puesto de trabajo o de dejar los papeles encima de la mesa de un día para otro. Y todo ello, en un nuevo escenario que pasa de oficinas con despachos, divisiones internas y estancas a otro con oficinas diáfanas y bautizado en la iglesia de la comunidad laboral como open spaces.
Coworking vs. open spaces
El coworking nace en San Francisco en el año 2005 y lo hace como respuesta a que profesionales de distintos sectores puedan trabajar en un mismo espacio fuera de las instalaciones de sus empresas o que los emprendedores puedan disponer de un espacio laboral con otras personas que puedan tener las mismas inquietudes.
Cuenta con las ventajas que supone la reducción de costes al trabajar en una misma sala, el de evitar el aislamiento y la soledad que puede implicar trabajar en teletrabajo, fomenta la relación con profesionales de distintos sectores y con ello la creatividad, todo ello sin tener la necesidad de ir cada día a la oficina, de realizar un traslado de la residencia o de realizar teletrabajo. Seguramente, en las próximas décadas, los modelos de organización del trabajo incluirán cada vez mayor porcentaje de coworking externo, de coworking interno/open spaces y de teletrabajo, en detrimento de la oficina compartimentada y presencial.
En definitiva, que en una apropiación a la biología del concepto híbrido por parte de otras disciplinas pasamos a tener coches híbridos, fórmulas de trabajo híbridas y hasta inteligencia híbrida (IA y Humana).
Esperemos que, en los próximos años, al menos en su mayoría, las personas sigamos siendo auténticas y no híbridas.