PERSONAS Y ORGANIZACIONES
Certezas e incertidumbres de la generación Baby Boom
Estamos hablando de una generación de la que sabemos cuándo se le extendió su partida de nacimiento, pero que no tenemos certeza acerca de cuándo contará con su carnet de pensionista. En España, los ciudadanos clasificados como Baby Boomer, los que nacieron entre 1957 y 1977 y que llevaron a los pueblos y ciudades españolas a más de 14 millones de niños, se sitúan entre la generación de la postguerra y la llamada generación X. Todos ellos conocen en sus propias carnes las dificultades que laboralmente han tenido que superar y soportar para llegar a la teórica etapa de júbilo o jubilación, sin embargo, y especialmente los más jóvenes de esa generación, no parece que vayan a tener tan claro los años que tendrán que cotizar ni cuál va a ser el importe que van a recibir a la hora de acceder a su futura pensión.
El castigo para estos últimos, creo que nadie es capaz de visualizarlo con certeza –hasta el propio ministro Escrivá ha tenido contradicciones al respecto. Después de él, vendrán otros ministros que nos explicarán razones distintas, pero igualmente restrictivas a tomar, con el fin de garantizar la estabilidad de la bolsa de las pensiones, hucha o como quieran llamarle cada uno. Medidas y más medidas que ellos deciden tomar y después rectificar ante su incapacidad para acertar.
De nombre Baby Boom y de apellido Gig Economy Una nueva etiqueta se les añade ahora a aquell@s trabajadores próximos a la edad de jubilación que, por la situación del mercado laboral y por su edad, no están consiguiendo contar con una nómina a jornada completa, lo que está llevando a cada vez más número a coger empleos esporádicos y a tiempo parcial. Gig Economy es el apellido que los informáticos de Silicon Valley han dado a esos trabajadores y trabajadoras. Y que aquí se podría traducir por trabajadores de la “economía del bolo” porque buscan y aceptan trabajos de forma provisional comparable a lo que realizan otros profesionales del mundo del espectáculo, aunque estos últimos han tenido que acostumbrarse a ello durante prácticamente todas sus vidas profesionales.
Así pues, en esta sociedad tan acostumbrada a clasificar y etiquetarlo todo, a los baby boom, si quieren llegar laboralmente activos hasta la cada vez más lejana edad de jubilación, se les pide también que aprendan a vivir en la economía Gig, o lo que es lo mismo, que los fines de semana y siempre que puedan se dediquen a hacer bolos que les permitan acumular cotizaciones a ellos y pagar las pensiones de los que ya las están recibiendo, en una huida hacia delante y desesperada que nadie es capaz de prever cómo acabará. Cambios que reducen el compromiso laboral En este mercado laboral en el que muchas de las empresas ofrecen una alta temporalidad en la relación laboral –periodistas freelance, chóferes cuyos “patronos” son unas frías plataformas o repartidores de comida a domicilio. Se está reduciendo enormemente el grado de compromiso de los empleados con las empresas, lo que lleva a que los propios empleados busquen también el cambio y aumente la rotación laboral.
De hecho, la mayor parte de los estudios consultados nos indican que en torno al 85% de los empleados manifiestan no sentirse comprometidos con su empresa.