PERSONAS Y ORGANIZACIONES
Vacaciones
Descarga cognitiva y emocional Aunque se cuenta con pocos estudios científicos que midan la efectividad en la ejecución de tareas, antes y después de un periodo de vacaciones, los existentes nos indican que esta es significativamente mejor en el periodo inmediatamente posterior que en el anterior a su disfrute, señalando como causa de la reducción de la eficiencia el estrés al que nos vemos sometidos en nuestro día a día. Y que, si bien dentro de unos límites no tiene por qué ser perjudicial, mantenerlo durante un largo tiempo y permitir que este se convierta en crónico puede acabar siendo grave y acarrear consecuencias no deseables tanto para nuestro bienestar cognitivo como emocional. Lo que nos llevaría a sufrir consecuencias como son la pérdida de la concentración, fatiga, insomnio, aumento de la irritabilidad, mayor ansiedad, pérdida del apetito, etc.
Y precisamente uno de los remedios que nos hemos dado todos dentro del ámbito laboral para mejorar nuestra salud es realizar una desconexión temporal de la actividad diaria a la que hemos llamado vacaciones. Pasar del modo automático al manual Si bien a la hora de conducir un coche todos deseamos pasar de una conducción manual a la de cambio automático, a la hora de pilotar nuestro propio vehículo del día a día debemos dejar atrás el modo automático del que venimos en nuestro trabajo diario –en el que todo estaba programado y debíamos seguir “exactamente” la ruta trazada–. Para pasar al modo manual o de vacaciones debemos darnos unos ciertos grados de libertad que nos proporcionen un margen para el pequeño desorden, sin olvidar caer en el caos total, ya que, aunque apaguemos el despertador, nuestro reloj interno sigue funcionado y, por lo tanto, hay que mantener una cierta sincronía con el externo, que no deberíamos desprogramar al cien por cien.
Hacerlo y realizar nuestras actividades sin ningún orden ni pauta temporal nos puede llevar a un desajuste que acabe provocando una vuelta con problemas al posterior modo automático o laboral. Será, pues, positivo que aquellas actividades que pensemos realizar no solamente estén pensadas para disfrutar y mejorar nuestra salud y bienestar, sino que mantengan también una mínima planificación que nos permitan después una vuelta menos traumática. Asegurando la desconexión Basta con tener en consideración lo que indican expertos como Quirón Prevención: “La conexión a nuestros dispositivos electrónicos altera nuestra capacidad de concentración y provoca una doble paradoja.
Cada vez estamos más desconectados con lo que hacemos y más lejos de donde estamos.” Debemos, pues, disfrutar del momento viviendo el presente vacacional y “obviando” el resto de las cosas, mirando el paisaje exterior y sobre todo el de nuestro interior. No olvidar lo que señalan las técnicas budistas del mindfulness cuando nos piden que prestemos atención de forma deliberada a lo que está sucediendo en nuestro interior. Y para los que tengan que continuar trabajando mientras estén de vacaciones, nuestra principal recomendación es acotar la parte laboral y trasladarla a primera hora de la mañana, lo que nos permitirá disfrutar del resto del día y no coger la carpeta con los problemas del ámbito laboral y adjuntarlos en la del descanso nocturno.