Calendario emocional. Septiembre, mes clave

Aunque septiembre significa “siete meses” en latín, con la adopción de nuestro calendario actual gregoriano, del papa Gregorio XII, que substituyó al juliano, de Julio César, y que empleaban los romanos, nuestro mes ha pasado a ocupar la novena plaza en la carrera del calendario anual. Sin embargo, son muchos los psicólogos que afirman que este mes es el mejor situado emocionalmente, es decir, el que mayor probabilidad tiene de situarse en el pódium de nuestro bienestar emocional. Y ciertamente hay razones para pensar que pueda ser así; sus treinta días empiezan su recorrido con las pilas cargadas a tope después de disfrutar de las ansiadas vacaciones, de dejar atrás el calor y de permitirnos durante sus treinta días de reinado seguir disfrutando de un largo periodo de luz nocturna. Circunstancias que, objetivamente, deberían ser suficientes para proporcionarnos el mayor bienestar.

Aunque también es cierto que los mismos argumentos positivos pasan a ser, para los más pesimistas, razones negativas que les llevan a la situación contraria con la vuelta a la rutina, el dejar atrás el descanso estival y con el riesgo para los que así lo perciben de caer en el conocido estrés posvacacional.Sincronización de los tres relojes: biológico, cronológico y psicológico Durante el verano nuestro reloj biológico, el que nos marca la aguja de nuestros ritmos circadianos, ha estado alterado por el mayor número de horas de luz solar y por la anarquía en el cambio de nuestras costumbres. Sin embargo, el reloj cronológico, como siempre, sigue manteniéndose inalterable e independiente de nuestra voluntad. Y por su parte, el psicológico, el que tiene que ver con la consideración subjetiva que nosotros tenemos sobre la duración de los acontecimientos que vivimos, también es muy probable que ahora funcione produciendo una sensación temporal distinta sobre lo que duran las cosas, pues no es igual vivir un acontecimiento durante el apretado calendario laboral que después de unas relajadas vacaciones. Dicho lo cual, ha llegado la hora de que los tres relojes estén en total sincronía y alineados con nuestros objetivos.

Para ello, y entre otros profesionales, dice la neuropsicóloga Alba García que septiembre es el mes ideal para reconducir los propósitos que se formularon a principios de año. Por otra parte, si deseamos contar con una herramienta que nos ayude a conseguir la mayor sincronía entre los tres relojes, podemos crear nuestro propio calendario emocional.Calendario emocionalEs una herramienta que pasa por asignar un color a cada una de las emociones básicas, que, según el psicólogo Paul Ekman, son universales: miedo, tristeza, ira, felicidad, sorpresa, asco y desprecio. Tomar conciencia de la emoción que ha sido prevalente durante el día al enfrentarnos ante las distintas situaciones en todos los campos que nos toca afrontar: familiar, laboral, social, etc., y señalar en el calendario el color asignado a la emoción que ha sido dominante en el día. El objetivo es conseguir que reflexionemos diariamente sobre las mismas, intentando en días sucesivos prolongar las situaciones que han producido resultados con emociones positivas y evitando o relativizando las que hayan generado emociones negativas que han machacado nuestro bienestar emocional