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VacacionesA las puertas de la mayor desconexión laboral que, como siempre, será múltiple y multitudinaria, la primera porque afecta a varias de nuestras capacidades: físicas, cognitivas y emocionales, la segunda porque alcanza a millones de personas. La aseguradora Aegon, en su informe Salud y vida de los españoles, nos indica que la mayoría de los encuestados manifestaron una mejora en el último año. Ahora, en pleno verano y con poco más de la mitad del año consumido, estamos a tiempo de que 2024 siga esa misma tendencia de mejora.Desconexión físicaLos expertos aconsejan no realizar una desconexión total y mantener o incorporar el ejercicio controlado. El cansancio que este nos provoque nos ayudará a mejorar nuestras horas de descanso y a corregir los efectos de nuestras desviaciones en los hábitos alimentarios. Si atendemos al citado estudio, el apartado que se refiere al grado de satisfacción relacionado con el tiempo libre, los encuestados responden estar satisfechos con el empleo de su tiempo de ocio. Encabezado por los mayores de 65 años, apareciendo en la cola los de 26 a 55 y, por sexo, las mujeres contestan sentirse más satisfechas que los varones. Desconexión cognitivaHay estudios que demuestran la mayor eficiencia posvacacional que la prevacacional en la ejecución de tareas, lo que nos lleva a que las vacaciones sean un excelente camino que nos permita recuperar al máximo nuestras capacidades cognitivas (memoria, razonamiento, atención, compresión, etc.), una recuperación que es importante no solo para el empleado, sino también para la empresa, ya que volver con las pilas cargadas permite afrontar con mayor probabilidad de éxito los problemas que se nos den en los distintos ámbitos de la vida y encarar el resto del año de forma más satisfactoria.Desconexión emocional El estudio de la citada aseguradora indica que más del 65% de los encuestados valoran su salud mental con un siete sobre diez y que el 30% valoran su salud emocional como excelente, cifras que nos deben animar a disfrutar del descanso como una fuente de salud y de regeneración emocional. Aunque el periodo de vacaciones signifique una ruptura con la rutina y un margen para salir del orden laboral, tampoco debemos caer en el caos total, ya que nuestro reloj interno sigue funcionado y, por lo tanto, debería mantener una cierta sincronía con el exterior. Realizar nuestras actividades estivales sin ningún orden ni pauta temporal nos puede llevar a un desajuste que acabe impidiendo una vuelta posterior al modo automático o laboral y al conocido estrés posvacacional. Desconexión digitalMención aparte merece esta desconexión, que, aunque no se relaciona directamente con ningún indicador de salud, su práctica tiene un impacto indirecto en todos ellos, lo que ha llevado a que sea un derecho reconocido a todos los empleados públicos y privados y que, según el artículo 88 de la LOPDGDD, la empresa tiene la responsabilidad de garantizar, o lo que es lo mismo, deberá respetar la vida de los empleados en los periodos de descanso. Según se recoge estos días en distintos medios de comunicación, se están dando casos de empresas sancionadas por vulnerar el derecho del trabajador a dicha desconexión. Una cuestión que, en mi opinión, sería deseable que no fuera necesario sacar del ámbito de la buena relación entre las partes, ya que, en caso contrario, aunque legítimo, nos lleva a tener que llevarlo todo al terreno judicial.

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