Rotación laboral
RRHH / SeleccióN del TalentO
La sociedad actual y la rotación Hay quien afirma que la vorágine por el cambio es un intento de huida del aburrimiento diario y de la realidad que le toca vivir al individuo en la sociedad actual. Y, aunque no comparto para nada dicho argumento, sí que me permito exponerlo a través de la Teoría del Cansancio defendida por el prestigioso filósofo Byung-Chul Han, quien nos indica que la sociedad actual, focalizada exclusivamente en el rendimiento, provoca la saturación de los individuos quienes, incapaces de cumplir con sus propias autoexigencias y no siendo capaces de rendirse, acaban exhaustos y empujados a huir hacia adelante una vez tras otra suponiendo que en cada cambio está la solución, sin probar de buscarla en su propia sociedad interna.El gen causante del cambio Que el responsable de la rotación está instalado en el ADN de las generaciones laborales actuales es un hecho. Y que las causas hay que buscarlas en la transmisión de las anteriores a las actuales, también. Otra cosa es saber identificar cuál de los genes que componen el cromosoma laboral humano es el encargado de mantener activado dicho cambio. Lo que sí sabemos a través de las proyecciones que recogen los estudios sobre el empleo es que un profesional joven que esté empleado actualmente llegará a cambiar unas 10 veces de empleo a lo largo de su vida y, teniendo en cuenta que tendrá periodos en los que estará fuera del mercado laboral (descanso, formación, desestrés, etc.), llevará a que el número de años que estará de media en una empresa será de 2 a 4. Muy lejos de aquella vida laboral entera en una única empresa, en la que ambas partes se juraban fidelidad eterna.Etapas de la sociedad laboralEstamos ante unas etapas que han decapitado a las anteriores utilizando las herramientas del cambio. Desde la preindustrial, en la que dominaban la estabilidad, el trabajo del taller, el agrícola y el artesanal, que daban como resultado una cultura tradicional y nada dada al cambio. Entre 1760-1840 llegaría la etapa industrial, provocada por la revolución del mismo nombre y que, con la fuerza de la máquina de vapor, llevó a la construcción de las fábricas que demandaban mano de obra poco especializada, lo que provocó grandes cambios sociolaborales como la llegada masiva de trabajadores desde el campo a la ciudad y la incorporación de las mujeres al mundo laboral. Una etapa que acabaría cediendo su testigo a la postindustrial de la mano del crecimiento del sector terciario o de servicios y que finalmente sucumbiría a la de la información y del conocimiento, acuñada así por Peter Drucker en 1974 y en la que con la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) situaron el conocimiento en el centro de la producción y de la creación de riqueza.