LA CONTRACRÓNICA
Aquel otro 20-N
Han pasado muchos años, demasiados incluso, de aquel otro 20-N. Veníamos de una larga etapa de oscuridad, de demasiadas frustraciones, de demasiadas ilusiones truncadas, pero aquel día recuperamos de golpe la sonrisa, la autoestima, el orgullo de ser alguien en el mundo del fútbol. Aquel 20 de noviembre de 1993 el Lleida de Mané fue capaz de ganar en el mismísimo Camp Nou al “Dream Team” de Johan Cruyff. Un equipo de jornaleros del fútbol, al menos por comparación, fue capaz de superar a los Romario, Koeman, Laudrup, Stoikov, Bakero y compañía.
Ya ven, hace 23 años el Lleida se codeaba con los grandes. Iba a los mejores estadios y los cromos de la colección de la temporada 93-94 cobraban vida en el Camp d’Esports y ser del Lleida era una agradabilísima sensación. Ahora, ya lo ven, ya no jugamos en el Camp Nou sino en el Mini y por el Camp d’Esports ya no viene el “Dream Team”, sino un grupo de futbolistas con enorme talento pero que siguen en Segunda B y con tendencia a la indolencia, a esforzarse lo justo para ganar e incluso con triquiñuelas de veterano a la hora de perder tiempo o de frenar el ritmo al contrario. Es el fútbol de ahora.
El Lleida, en el otro 20-N, el de ayer, no ganó. Cayó derrotado 0-2 y, lo que son las cosas, con dos goles de un leridano, Marc Cardona, que a los tres años dejó la boira y la Seu Vella para irse a Sanlúcar de Barrameda para hacerse futbolista y convertirse en el goleador del Atlético Sanluqueño de Tercera (19 goles en 36 partidfos y ninguno de penalti). Tiene 20 años y él solito destrozó a los de Siviero. Primero con un toque, entre genialidad y técnica, y después, en la recta final, con una definición a la media vuelta solo reservada a los grandes depredadores del área.
Una promesa más del filial blaugrana que probablemente no llegará al Camp Nou pero que acabará jugando en Primera.El Lleida, en cambio, prolongó una semana más su agonía. En descenso, el tercer equipo más goleado y el cuarto menos goleador. Unos registros para echarse a temblar.