LA CONTRACRÓNICA
Necesitamos referentes
Todas las aficiones necesitan encontrar referentes con los que identificarse estén en la categoría que estén. Referentes con los que poder compartir sentimientos, ilusiones y reflejarse en ellos tanto en los buenos momentos como en los malos. El Barça tiene a Messi y el Madrid a Cristiano –aunque podría discutirse si el portugués es el buque insignia en el corazón de los madridistas de verdad– y el Atlético a Simeone, por citar sólo tres ejemplos al más alto nivel.
El Lleida también los necesita. Sin ir más lejos, en el pasado ejercicio no tenía ninguno y el equipo se resintió de ello. Remontándonos un poco más atrás nos encontramos con Molo, que tenía una innata capacidad de liderazgo en el vestuario y de conectar con la grada. O Seligrat, un entrenador que se hizo suya a la hinchada –cosa que no consiguió nunca Idiakez pese a ganarse al personal con el apoyo a sus jugadores en la oscura etapa de los impagos–. Y más atrás tenemos a Rubio, Palau, Txema, Mané y una galería de jugadores que tenían la virtud, que no todos poseen, de caer en gracia más que ser graciosos.
Un líder es fundamental, aunque haya quién no comulgue con esa idea, para llevar a buen puerto un proyecto ganador. Y mira por donde, en esta campaña, cuando nada parecía indicarlo, el Lleida Esportiu 2017-2018 ha encontrado al suyo. No fue un fichaje de relumbrón. Vino se hacer demasiado ruido, sin alzar la voz y más bien con un gesto tímido, pero disimulaba su capacidad de mando en el campo. Se trata de Moustapha Gning (Dakar, 1989). Tras pasar por el Logroñés, Sariñena, Amorebieta y Ebro ha sido capaz de ganarse a la afición, que corea su nombre antes, durante y después de los partidos. Y su rendimiento ha hecho, no solamente que sea titular indiscutible –ayer no salió hasta el descanso y el equipo se resintió de ello– sino que su participación es, ahora mismo, imprescindible. La afición lo sabe y él debería asumirlo cuanto antes. Moustapha ahora mismo es el referente al que los aficionados desean seguir hasta el triunfo final.