LA CONTRACRÓNICA
La inexorable ley del tópico
Marc Nierga lucha un balón ante la oposición de un jugador del Formentera.
Entre las muchas cosas que rodean el mundo del fútbol se encuentran los tópicos. Y en pocas actividades como en el fútbol se cumple la inexorable ley del tópico. Se entiende como tópico una “opinión, idea o expresión que se usa y se repite con mucha frecuencia en determinadas circunstancias”. Uno de ellos asegura que “no hay enemigo pequeño”. Y el Lleida lo pudo constatar ayer en Formentera. Perdió ante un rival recién ascendido que, además, todavía no había ganado ningún partido en su campo. El Formentera, con este triunfo, también cumplió otro tópico: el que asevera que “cuantos más partidos llevo sin ganar, más cerca estoy de la victoria”.
Otro de estos clichés señala que “las rachas están para romperse”. Y éste lo cumplieron los dos, ya que, además de que el equipo local encadenaba seis partidos sin ganar en su campo, el Lleida llegaba a la isla sin haber perdido en ninguno de sus seis desplazamientos y seis partidos sin perder. Otra racha rota.
Para el Lleida, que llegó a Formentera con varias bajas y una convocatoria de solo 17 jugadores, la de ayer fue una derrota cruel, ya que le llega en medio de un calendario muy exigente en el Camp d’Esports, tamizado de salidas a priori asequibles, como era la de ayer. Pero en el fútbol nunca puede darse nada por hecho.
La de ayer era la segunda derrota de la temporada para el Lleida. Pero este equipo, de la mano de Gerard Albadalejo, se ha ganado el derecho a confiar en él. El principio de temprada está siendo bueno, como demuestra el hecho de que el Lleida ya sabe lo que es estar en zona de play off y que, a falta de seis partidos para que finalice la primera vuelta, ya suma tantos puntos, 21, como la temporada pasada tras los 19 primeros partidos.
Otro buen indicador son precisamente las seis jornadas que el equipo se ha mantenido invicto fuera de casa, marca solo superada dos veces, en 1992 (siete partidos) y en 1998 (diez). Y volviendo a los tópicos, dos que no pueden faltar: “Hay que seguir trabajando” y, por supuesto, “esto es muy largo”.
