LA CONTRACRÓNICA
Grado de competencia
La incorporación de jugadores una vez iniciada la temporada rara vez supone, a corto plazo, una mejora en cuanto al rendimiento global del equipo. En la mayoría de los casos el fichaje de un jugador viene motivado por la lesión de un componente del grupo, y en la medida de la relevancia dentro del mismo, más complicado es para el recién llegado su proceso de adaptación.
En mi último artículo consideraba, que tras las bajas sufridas durante este inicio de temporada, era del todo necesario reforzar la plantilla con un jugador interior. Entre la llegada de Davis Rozitis y la recuperación de Michael Karena no han conseguido, durante su ausencia, mejorar la estadística del senegalés Mbaye, y es que para que mejoren los resultados y se pueda competir con más regularidad urgen unos mejores números de ambos en los minutos de descanso del senegalés.
El bagaje de 4 victorias y 11 derrotas no ha supuesto un buen inicio de campeonato. Las expectativas del equipo tras un verano tranquilo, deportivamente hablando, eran y deben continuar siendo las de recuperar la participación en el play-off de ascenso. Pero para ello, lo primero es poder contar con la plantilla al completo no sólo en los partidos, sino principalmente en los entrenos, pero todavía no se ha podido cumplir por las numerosas lesiones.
Entrenar bien es necesario para competir bien. Y es que un jugador necesita en primer lugar una alto grado de competencia dentro de su propio equipo en todos los entrenos. Esto le ayudarà a mejorar como jugador y hará por consiguiente aumentar el rendimiento del grupo.
Pues bien, las lesiones y la diferencia de calidad entre titular y suplente en alguna posición son hándicaps que pueden llegar a influir en el rendimiento de algunos equipos.