Divina continuidad

Cuando sientes que no puedes seguir adelante porque todo va al revés y no hay forma de conseguir los resultado esperados... simplemente constancia. El éxito se basa en la persistencia y no en la suerte. Eso es lo que pasó ayer por la noche en el Barris Nord cuando un partido que estaba muy cuesta arriba –con diferencias de 15 puntos abajo– cambió por obra y gracia de la constancia, la perseverancia y el talento natural de los jugadores franquicia del Força Lleida.

El Barris Nord vivió un partido emocionante con diferentes constantes y rachas donde el acierto de los pistoleros balcánicos –Mitrovic por parte vasca y Djukanovic por parte leridana– hicieron enloquecer a una afición entregada en cuerpo y alma rememorando el ruido ensordecedor que hace temblar las piernas de los jugadores más experimentados y que en un momento del partido ayudó a reconducir una situación de lo más complicada. Todos somos lo que hacemos día a día, de manera que la excelencia no es en sí un acto, es un hábito. Ayer se vio claramente que, a pesar de tener el partido cuesta arriba, los técnicos y jugadores del Força Lleida no perdieron la esperanza y tuvieron recompensa al trabajo y el esfuerzo de los entrenamientos. Un equipo juega como entrena y ayer se recogió el fruto de unas sesiones en que no se deja nada a la improvisación. A pesar de las bajas de nuestro fichaje estrella, el aún desconocido por la afición Derksen y del pívot Rozitis, se ganó por... lo que da nombre a la feria de Sant Guim de Freixenet, con la ayuda del público y el talento de Okungemi y Djukanovic. Ahora, solo nos falta continuidad en el juego. Ya lo decía el filósofo de la antigua Grecia Aristóteles: “El instante es la continuidad del tiempo, ya que une el tiempo pasado con el futuro.” Continuidad, amigos, y más continuidad en el juego.