Volvió la tranquilidad

Con el 2018 ha vuelto la tranquilidad al Camp d’Esports. Una tranquilidad que nunca debió irse, por lo que los aires de tormenta que presagiaban medidas drásticas desde las altas esferas del club, cabe entenderlos como un irreflexivo calentón motivado por los que finalmente han sido 77 días sin ganar, el empate ante el Sabadell de Seligrat y, todo hay que decirlo, por la bronca, la primera del ejercicio, de la grada, por el juego desplegado ante el rey de la igualada de la categoría. De momento, un delantero fichado que debutó ante el Badalona sin apenas entrenar y un futuro cambio de cromos en el centro del campo, que se hará efectivo en cuanto se arreglen los flecos, en forma de finiquito –la salida–, y de emolumentos –la llegada–.

No era facil, ningún partido lo és, el compromiso ante el Badalona. Nueve partidos sin ganar. Setenta y siete días sin poder sumar los tres puntos de una tacada y además con un esfuerzo copero extra el miércoles, con el añadido del varapalo del 0-4 ante el Atlético de Madrid. Pero no se notó. Bueno, no se notó sobre el césped, porque en la grada se registró la peor entrada de la temporada –ni el día ni la hora, invitaban a acercarse al estadio– a la vez que el equipo ofrecía uno de los mejores partidos, sobre todo en el primer tiempo, del presente ejercicio, con desmarques, diagonales, asistencias, ocasiones y remates, aunque los goles tardasen en llegar, sobre todo el segundo. Y una constatación. Bojan Radulovic tendrá tan solo 18 años y está en plena fase de aprendizaje pero, hoy hoy hoy, es el mejor activo con que cuenta este Lleida Esportiu, con un futuro espléndido que apunta, si no se tuercen las cosas –que en algunos casos suele producirse, por desgracia con demasiada frecuencia–, lejos del Camp d’Esports. Hay opciones de hacer una buena caja, pero hay que darle minutos y mucha confianza para que se consolide. Si hay que apostar por él, hay que hacerlo de verdad. Ayer, firmó su mejor partido con la camiseta del Lleida. Le faltó el gol, si, pero demostró que eso ya sólo es cuestión de tiempo.

Sin desmerecer ni un ápice la victoria del Lleida, al que calificó de “justísimo vencedor” y de “un equipo de lo mejor de la categoría, que se merece sin duda jugar el play off a final de temporada”, Manolo González, el técnico del Badalona, cargó duramente contra la actuación del colegiado aragonés, Latorre Gracia. “Y ya no me refiero solamente a la expulsión, que aún no la he entendido, sino por la manera de dirigirse tanto al banquillo como a nuestros jugadores. Utilizó una vara de medir muy diferente para uno y otro equipo. Sólo puedo decir que espero que este hombre no nos vuelva a arbitrar nunca más en lo que queda de temporada. Será lo mejor para todos y para el Badalona, más”.