Entrenamiento y competición

Interesantes y no menos sorprendentes las declaraciones del jugador del FC Barcelona, André Gomes, sobre cómo la presión puede afectar al rendimiento deportivo. En la misma línea, en febrero, durante el All Star, la estrella de Toronto Raptors, Demar DeRozan, reconocía sufrir episodios depresivos.

El entrenamiento tiene una importancia cada vez mayor. Se han alcanzado unos niveles tan óptimos en cuánto a la preparación física, técnica y táctica y es tan fina la línea entre la victoria y la derrota, que es evidente que una adecuada preparación mental aporta una mejora significativa en el rendimiento.

En los últimos partidos, el equipo no ha competido al nivel esperado. Anoche en Valladolid encadenó la quinta derrota y la clasificación dista mucho de ser la que se esperaba. Los problemas físicos han castigado a un equipo que debe estar al máximo nivel en este apartado para ganar partidos.

En la previa Borja dijo que había sido una buena semana de entrenamientos. Nos hacía ser optimistas para romper la racha de derrotas. Pienso que es imposible jugar a un nivel alto si no se entrena con una máxima exigencia, pero entrenar bien no garantiza competir bien.

Las condiciones que un entrenador plantea en un entrenamiento, por mucho que lo intente, no son las mismas que los jugadores se encuentran en un partido. La presión por ganar, el público y el ruido son imposibles de transferir a un entrenamiento. Las particularidades del partido y la presión que ejerce sobre los jugadores, no les permite a muchos competir a su máximo nivel. Es urgente truncar la racha de derrotas para que el equipo recupere su nivel de juego y la confianza. Cada derrota creará más dudas y más presión y no permitirá a los jugadores rendir al nivel que pueden hacerlo.