LA CONTRACRÓNICA
Entre el futuro y la realidad
El poeta, dramaturgo y novelista francés Víctor Hugo (1802-1885), afirmó que “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”. Tras una semana en la que se ha hablado de que el Força Lleida podría aspirar a adquirir el Lleida Esportiu y de que el presidente de esta entidad, Albert Esteve, está dispuesto a comprar el principal club de baloncesto de la ciudad, para lo que pondría encima de la mesa una oferta de 400.000 euros, el presente ha impuesto su ley sobre el futuro. El equipo de baloncesto está a un paso de consumar su descenso a la LEB Plata, mientras que el de fútbol, pese a que no ganó ayer en Alicante, está un poco más cerca del play off aunque, eso sí, con menos puntos en juego.
Mientras está por ver si los aspirantes a controlar ese futuro son débiles, temerosos o valientes, la realidad impone su ley. No vale lo mismo el club de baloncesto en LEB Oro que el LEB Plata. Y no vale lo mismo el Lleida Esportiu en Segunda B que en Segunda A. Y un posible comprador o vendedor no tiene la misma fuerza cerrando la temporada con un éxito deportivo que con un sonoro fracaso.
Personalmente, no deja de sorprenderme que posibles aspirantes a comprar el Lleida se dirijan con tal pretensión al alcalde Àngel Ros, en lugar de presentar una oferta en firme al propietario del club de fútbol, Albert Esteve. De entrada, da poca sensación de seriedad.
Pero en fin, mientras el futuro está por escribirse, la realidad está de lo más emocionante. ¿Qué pasará con el club de baloncesto si se consuma el descenso? ¿Qué futuro tiene? ¿Cómo lo explicarán sus responsables? Por contra, el club de fútbol, guste más o menos, cada año está en la parte alta de la clasificación.
A falta de tres jornadas la posibilidad del play off sigue ahí. No es imposible. El club organiza un autocar para Elche y, si ante el Olot se mantienen las opciones, será el momento de intentar llenar de nuevo el Camp d’Esports. De momento, el futuro debe esperar.