LA CONTRACRÓNICA
Objetivos ambiciosos
Que la LEB Oro es una competición exigente es de general conocimiento. Esta temporada, tras las cinco primeras jornadas, ninguno de los equipos conseguía permanecer invicto. Los éxitos durante una temporada para nada sirven en el curso posterior y afortunadamente la angustia vivida en épocas pasadas no es, del mismo modo, eterna. Ejemplos como los del Prat y Coruña, que con tanta brillantez compitieron en la anterior campaña, que han iniciado ésta con malos resultados. Por contra, Huesca y Força Lleida, que agonizaron hasta la última jornada, están codeándose entre los favoritos.
Aunque todos los partidos aportan el mismo valor e igual importancia, los que se ganan en el primer tramo de la competición generan un plus en cuanto a sensaciones y hacen ganar confianza. Especialmente a los equipos cuyo principal objetivo es mantener la categoría. El Força Lleida partía en este grupo que a priori buscaba no verse inmerso en las tres últimas plazas. La forma de ganar partidos para estos equipos es entrenar duro y jugar el primer tramo con una gran intensidad. Este trabajo conlleva el riesgo de que a mediados de temporada pueda llegar un bajo estado de forma. En el polo opuesto, los equipos que aspiran a las primeras posiciones son conscientes de que deben alcanzar su mejor forma al final y tienen la capacidad de ganar con el talento.
Con la victoria ante Canoe, haber ganado 7 de los 9 partidos se han conseguido ya la mitad de los necesarios para la salvación. Todo un éxito. A partir de aquí, hay que planificar la temporada para que el equipo sea capaz de jugar y defender con tanta energía, e ir mejorando aspectos que le lleva en algunos tramos a cometer algún error. Esto debe suponer, visto lo visto hasta el momento, plantearse objetivos más ambiciosos.