LA CONTRACRÓNICA
La importancia de las rachas
Este pasado jueves, en la Euroliga, máxima competición europea de baloncesto, se enfrentaron Real Madrid y Barcelona en un partido que a priori, por el nivel demostrado por ambas plantillas en la presente temporada, presagiaba ser igualado. Un parcial de 31-13 dejaba el choque decidido ya en el descanso. Y es que una excesiva diferencia en alguno de los 4 parciales en los que se estructura un partido es la mayoría de veces determinante. Determinadas variables pueden ayudar a justificar el porqué de estas diferencias en tan breve periodo de tiempo entre equipos de potencial similar. El baloncesto es un juego de rachas en el que el encadenamiento de aciertos y errores puede comportar abrir grandes brechas. Prolongar una racha positiva o romper una negativa es, en momentos puntuales, determinante.
Durante el juego, las recuperaciones de balón y la captura de un rebote defensivo largo (situación en la que deben intervenir los exteriores) facilitan el juego de contraataque y la posibilidad de anotar canastas fáciles. Otro aspecto influyente son las rotaciones. Compensar el cinco en pista durante todo el partido se hace imprescindible.
Aunque empezar bien (primer cuarto) y los minutos finales (último cuarto) pueden parecer de mayor transcendencia para el resultado final, es necesario competir con regularidad todos los minutos del juego. El Força Lleida ha ido alternado hasta el momento rachas positivas con alguna de negativa. En 6 partidos (Palma, Prat, Palencia, Orense, Canoe y Barça B) de los 9 que se han saldado con victoria ha sido capaz de endosar en algún momento un parcial favorable. Por el contrario, en los 4 partidos perdidos (Bilbao, Granada, Oviedo y Castelló) ha encajado un parcial considerable. Pero hasta el Barça tiene momentos malos.