Cuando nada es fácil

De igual manera que la temporada pasada una victoria frente al Prat acabó con una larga racha de derrotas que acumulaba nuestro equipo, después de la victoria del miércoles pasado contra el mismo rival hemos vuelto a la senda de la derrota, esta vez frente a uno de los todavía candidatos a luchar por el ascenso a la Liga ACB. Era evidente antes de iniciar la Liga que determinados partidos contra determinados equipos se daban por descontados y que nuestra particular competición pasaba por tratar de ganar a otros rivales de menor entidad, deportiva y económica.

Sin embargo, en el de ayer y en otros muchos encuentros nos quedamos con la sensación de que este equipo da para más. Es incomprensible para los aficionados, y parece que irresoluble para el cuerpo técnico, cómo en un mismo partido podemos ofrecer dos versiones tan distintas como equipo. Las primeras partes contra Palencia, Huesca o Betis son el ejemplo de la mejor cara del grupo y esos mismos partidos, en su segunda mitad, nos muestran nuestra peor versión. Para los aficionados la pregunta tras las derrotas es siempre la misma: os hemos visto jugar muy bien a esto, sabemos que lo podéis volver a hacer porque nos lo habéis enseñado, entonces, ¿porqué maldita razón no sois capaces de mantener la “buena cara” ni siquiera en el mismo partido?

Nada es tan fácil como parece, pero algunos estamos de acuerdo en algunas cosas. Necesitamos mejorar la gestión de los partidos desde el banquillo, es necesario definir o redefinir los roles dentro del equipo, hay que recuperar anímicamente a dos o tres jugadores… En definitiva, debemos volver al camino que nos dio las victorias y el prestigio en la primera vuelta de la competición: estilo de juego reconocible, confianza, energía, descaro y defensa.