LA CONTRACRÓNICA
Malas noticias
Malas noticias”, así era como sus compañeros llamaban a Marvin Barnes, uno de los mayores talentos desperdiciados de la historia de la NBA. Otro juguete roto. Número 2 del ‘draft’ de 1974, solo por detrás del mítico Bill Walton, sigue manteniendo algunos de los récords de su paso por la Universidad de Providence. Alguien a quien nadie recuerda haber visto llegar puntual a una convocatoria, que consiguió 43 puntos y 19 rebotes en tan solo media parte y que admitió haber esnifado cocaína en el banquillo de los Celtics durante un partido, no podía acabar bien.
Malas noticias también las que, desde el inicio de la segunda vuelta, nos llegan del ICG Força Lleida: lesiones, desvinculaciones, derrotas y, sobre todo, malas sensaciones, que nos recuerdan el sufrimiento de la temporada pasada. Hoy estamos exactamente en la misma situación que entonces. ¿Qué demonios nos pasa en las segundas vueltas? Cada temporada queremos creer que será mejor que la primera, que los jugadores añadirán complicidad al juego y que los resultados mejorarán. Pero nunca es así. Lo positivo a nivel social (renovación de la aportación de las instituciones y nuevo patrocinador) no consigue reflejarse en los resultados. Ojalá los nuevos fichajes ayuden a revertir esta preocupante situación. Personalmente no lo creo.
‘Malas noticias Barnes’, tras salir por la puerta de atrás de la NBA, fichó por el Trieste de la Lega italiana. Después de tan solo seis partidos, fue arrestado por tráfico y consumo de drogas. Fiel a su manera de ver la vida consiguió, con la ayuda del embajador americano, huir en taxi por la frontera con Yugoslavia regresando a su país en avión desde Alemania. Ayer los nuestros volvieron de Melilla de vacío pero, al menos, dando la cara pese a las numerosas bajas.