LA CONTRACRÓNICA
Cien victorias y un récord
Cuando sus compañeros vieron el revólver que John Brisker guardaba en su bolsa de deporte entendieron que algo había cambiado en aquel muchacho que tocaba la tuba en la banda de la Universidad de Toledo y jugaba en su equipo de basket. Era a finales de los sesenta y su expulsión, no solo del equipo sino también de la universidad, fue el primero de los muchos episodios de rabia y rebeldía que protagonizaría a lo largo de su vida. A pesar de todo, consiguió jugar en la NBA nada menos que con los Seattle Supersonics de Bill Rusell quien, harto de su perpetua indisciplina y de su incapacidad para seguir cualquier tipo de normas, acabó por desprenderse de él a los pocos meses.
La pasada semana, frente al Alicante, el Força Lleida consiguió su victoria número cien en la Liga LEB Oro, cifra que no pudo ser incrementada en Valladolid contra un rival que tradicionalmente se nos da muy mal y que ayer literalmente nos atropelló. El balance de esta “supersemana” de competición es el esperado: dos derrotas y una victoria, pero anotar 16 puntos a mitad de partido es establecer un nuevo récord (negativo) en la historia de esta competición. Con un tramo importante de la temporada ya jugado, sigo pensando que esta plantilla, que ya se conoce de la temporada pasada, debería situarse sin problemas en plazas de play off al final. El talento, la experiencia y, en definitiva, el potencial de este grupo, haría inexplicable, en mi opinión, cualquier otro resultado.
Brisker fue declarado legalmente muerto en 1985 después de perdérsele la pista en África. La leyenda dice que llegó a ser seleccionador nacional de la Uganda de Idi Amin quien, harto también de su carácter, acabó por ordenar su asesinato. A nadie de los que le conocieron le pareció increíble este final.