LA CONTRACRÓNICA
Bien cierto
Bien es cierto que cuando un equipo no responde a las expectativas creadas, o más bien creídas, a principio de temporada, tarde o temprano esto te obliga a hacer cambios. También es bien cierto que la primera solución, o más bien la fácil, es que este primer cambio pueda llegar a suponer una destitución del entrenador. No es menos cierto, que en la mayoría de los casos, o más bien en todos, estos cambios no mejoran el rendimiento ni los resultados que hasta la fecha había venido mostrando el equipo. Y todavía es más cierto que tras el cambio de entrenador se produzcan más cambios que terminen por afectar a alguno de los jugadores.
La destitución o dimisión, no importa, la pasada semana de Jorge Serna y tras el paso del inquilino Jordi Guardia por la silla de “head coach”, ha desencadenado la sorpresiva llegada del experimentado entrenador Gustavo Aranzana.
Y digo sorpresiva, porque aunque evidentemente me parece un entrenador de primer nivel, antes del relevo en el banquillo creo que el equipo tenía otras prioridades que claramente son identificables. En estas primeras trece jornadas de competición, el equipo ha manisfestado una carencia en cuanto a dirección de juego y la incorporación de un base experimentado comportaría un salto de calidad importante al juego del equipo. Y otro hándicap significativo se ha venido produciendo en el juego exterior, donde se ha echado de menos un jugador que tenga puntos en sus manos y con amenaza y acierto desde la línea de tres.
Veo más a Aranzana como una apuesta para empezar desde el principio un proyecto, que como revulsivo en mitad de una temporada. Y aunque yo no hubiera apostado por el cambio de entrenador, le deseo suerte y como en los grandes teatros... mucha mierda coach!!!