LA CONTRACRÓNICA
Punto y dos expulsiones
El Lleida regresó ayer de Tarragona con un punto más y dos expulsiones. Por segunda vez esta temporada a Manuel Jesús Casas “Molo” le mostraron una tarjeta roja. Previamente, ya la había visto su segundo, Jorge Garcés. Molo ya había sido expulsado el 23 de noviembre durante el partido entre el Lleida y el Barcelona B (1-1). Entonces la expulsión fue por pegarle una monumental bronca a Liberto, que tuvo el “atrevimiento” de lanzar fuera el balón al ver que había un rival caído en el suelo. Vaya, que Liberto hizo eso que se ha convenido en llamar “fair play” y que tanto elogian y recomiendan los educadores. El árbitro no entendió qué hacía Molo, pero al verlo airado por la banda y gesticulando lo expulsó.
Ayer, según el acta arbitral, fue “por protestar de forma ostensible y enérgica una de mis decisiones. Usando los brazos para mostrar desaprobación a mi decisión, habiendo sido previamente advertido”. Entonces el castigo fue de dos partidos. Ahora, siendo reincidente, a ver cuántos le caen.
Habría que recomendarle leer al psicólogo estadounidense Daniel Kahneman –y al mismo tiempo que lo vaya pasando–, quien dijo que “te sientas como te sientas, actúa siempre con calma y corrección”.
En la vida y también en el deporte, es tan importante qué consigues, como la forma de conseguirlo. Y como en el fútbol, los hechos, pero también los detalles, determinan cómo pasas a la historia.