Baloncesto y matemáticas

B aloncesto y matemáticas tienen una relación directa que es difícil sacar a la luz. Este es un juego basado fundamentalmente en los números y sus combinaciones estadísticas y donde el trabajo previo de scouting tiene una importancia capital a la hora de valorar al equipo rival y conocer puntos fuertes y débiles de los jugadores contrincantes. Los porcentajes de tiro desde todas las posiciones, el número de rebotes, las pérdidas de pelota, contraataques, asistencias, recuperaciones y personales marcan la investigación previa al partido.

Antes de marcharse hacia la capital de la Plana, las matemáticas nos decían sin ningún tipo de duda que el partido ante el Castelló era no tan solo complicado, sino que se veía decantado a favor de los locales de forma clara y contundente. Las estadísticas favorecían al Castelló desde la primera a la última. Objetivamente era así y subjetivamente también después de estar casi tres semanas sin competir por dos aplazamientos con lo que eso significa.

Sin ritmo de competición, con un lesionado en la pintura de más de 2,10 –pérdida de intimidación y rotación–, el equipo de Gustavo Aranzana salió a romper los pronósticos y se encomendó a la defensa, la disciplina y el trabajo de equipo para superar a un Castelló que solo había perdido un partido en toda la liga y presentaba una de las mejores plantillas de la competición. El Força Lleida se lo creyó y jugó con intensidad sin tregua, dando una lección de cómo se puede ganar en pista visitante yendo todo el partido por detrás en el marcador. Aranzana impartió un clínic gratuito a los de la Plana desde el banquillo y Marcus Vinicius y Eddy Polanco lo hicieron desde la defensa y el ataque, respectivamente. A veces dos y dos no son cuatro. En Castellón las Letras ganaron a las Ciencias.