LA CONTRACRÓNICA
The last call
El viaje iniciado por el Força Lleida en septiembre en medio de una pandemia sin público en los pabellones y con un rosario de medidas anti-Covid, pruebas PCR y antígenos, ha llevado a un revuelo difícil de digerir para todos los equipos. Las lesiones y los cambios de jugadores en la plantilla han sido un susto mayúsculo para un staff bien dirigido por Gustavo Aranzana, y tan solo errores de detalle y alguna que otra desconexión en partidos clave han propiciado que no estuvieran ahora luchando en el grupo de los escogidos para el play off.
Un viaje con escalas donde la fuerza y polivalencia del venezolano Carrera y los puntos del dominicano Polanco han sido determinantes en muchos de los partidos en los que la igualdad en el marcador era la nota predominante. La Covid ha frenado el ritmo de competición, pero en ningún caso ha limitado la ilusión y coraje de los leridanos para poder ofrecer a la afición una victoria de mérito ante el Tizona Burgos, verdugo de los leridanos en el partido de ida.
El grupo para la permanencia está más igualado que nunca y a falta de una jornada y algún partido aplazado todo se decidirá en el último suspiro. Cáceres dejó escapar el primer lugar en la pista del Canoe en la prórroga y se jugará el liderato ante el Girona, favorito al inicio y dubitativo al final.
Nosotros tenemos que ganar sí o sí al Ourense si queremos viajar a Melilla para conseguir la salvación. El miércoles nos jugamos algo más que un partido.
Es un momento crítico en que el sacrificio de directivos, apoyo de patrocinadores y ayuda de instituciones, socios y afición para consolidar la LEB Oro en Lleida depende del acierto, actitud, concentración y buena dirección tanto en la pista como en el banquillo. El miércoles es ‘The last call’ para elevarnos hacia la permanencia. No valen distracciones.