LA CONTRACRÓNICA
Momentos
Tuve la oportunidad de vivir de primera mano el ascenso a la ACB del Caprabo Lleida. Mediante una invitación de la FEB con el objetivo de acercar el baloncesto profesional a pequeñas ciudades pudimos descubrir de cerca la élite de este maravilloso deporte. Todavía recuerdo la primera charla del presidente Ferran Vidal en el ahora remodelado Onze de Setembre: “Chicos: el objetivo es que podamos ganar algún partido aquí en casa para intentar atraer afición al baloncesto”.
Este fue el mensaje y el primer objetivo que se le marcaba a un joven equipo ante un reto que se avecinaba exigente y desconocido. Sin más. Ni ápice de presión.
Las expectativas en esa primera temporada no iban mucho más allá de mantener la categoría. Finalizó esa sorprendente primera experiencia con una derrota en el quinto partido en Alicante que hubiera supuesto el ascenso a la ACB. En el curso siguiente, tras algún pequeño cambio en la plantilla, el equipo consiguió ir ganando partidos y superando rondas de play off hasta llegar al emparejamiento con Manresa.
Partido a partido, con algunas victorias como visitantes y muchas más en el pequeño Onze de Setembre, la afición fue acudiendo cada vez en mayor número. El final ya por todos es sabido. Se tuvo que construir en tiempo récord el Barris Nord, se consiguieron cerca de 4.000 abonados en una ciudad “novata” de baloncesto y aportaciones públicas y privadas ayudaron a confeccionar un presupuesto que permitió competir de una forma muy digna en la que presumía ser la mejor liga de Europa.
Con el paso de los años, lo que pareció fácil se ha convertido en un éxito muy meritorio. Ahora es otro momento en el que hay que apoyar y ayudar al equipo y demostrar que Lleida desea ser de nuevo ciudad ACB.